©¿Alfa Romeo?

🌸Capítulo 2🌸

Pov. Eren.
[...]

El punzar de mi cabeza no me deja en paz, doy vueltas por la amplia cama que tiene ese rico aroma a chocolate amargo y a menta fresca.
Me reconforta y froto mi rostro en la almohada que tiene ese olor que me hace ronronear.

Momento, stop.

Ésta no es mi cama.

Me siento de un tirón y veo mi cuerpo, estoy desnudo.

Oh, desnudo.... ¡¡¿Desnudo?!!

Caigo de la cama ante la sorpresa, hasta que los flashes de la noche pasada se me vienen a la cabeza.
Ayer después de que dije "quiero pasar una noche agradable", si muy valiente yo, pero eso se fué al caño cuando me vomité. Y eso no es todo, no qué vá, ¡¡lo vomité a él también!!.
Después de esa bochornosa escena, el alfa me trajo a su departamento y me dejó que tomara una ducha, él se fué a dormir a la habitación de al lado y yo me acosté así sin mas, avergonzado y si, aún virgen.

Joder, que patético eres Eren.

Mi escándalo provoca que Levi se asome por la puerta y yo apresurado me tapo con las sábanas.
Me mira con esa sonrisa que me hace mojar como omega urgido y me ruborizo por tales pensamientos.
Recuerda Eren, no volver a tomar si quieres que éste papasito te quite la castidad.

— ¿Cómo amaneciste, mocoso?.

Ese "mocoso" me molesta un poco, ya que tengo 21 años. Pero recuerdo que no tengo experiencia en cosas de adulto y se me pasa. En pocas palabras, parezco un jóven que pasa por la pubertad, mierda.

— bi-bien.– argh, genial, tenía que tartamudear.

Veo como sus ojos se pasean por mis piernas desnudas y luego a mis ojos. Jadeo al sentir de nuevo esas cosquillas en mi vientre.

— tus cosas están encima de ese mueble.– me señala y en seguida veo mis ropas.— puedes bajar a preparar algo que comer, saldré por un momento.– se da la vuelta y antes de irse le detengo.

— oye, espera ¿no tienes desconfianza de que te pueda robar?.

— en primera; no pareces de ese tipo de persona, aunque al parecer estabas urgido anoche.– eso me hace ponerme aún más rojo de la vergüenza.— segundo; se vé que necesitas algo para tu resaca y tercera; tengo cámaras y una empleada allá abajo.– y dicho eso me dió la espalda.

— "ah, allá vá mi Romeo".– mi parte omega casi babea al ver la espalda y nalgas del pelinegro.— "aquí te espera tu Giulietta".

Viro los ojos y me levanto, sintiendo un dolor en mi cadera— por la caída, desgraciadamente—.
El aroma no me para de atormentar y  me comienzo a excitar.
Tomo mis cosas y del pantalón saco dos supresores, me los paso sintiendo un horrible sabor amargo.
Pero aún tengo un problema entre las piernas, me meto al baño y procedo a jalarme el ganso.