🌸Capítulo 8🌸

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Pov

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Pov. Omnisciente.
[...]

— ¡Dios, Dios, Dios!.– gritaba el Omega castaño, aferrándose al torso del león, éste último conduciendo a una gran velocidad y riendo ante el paranoico del conejito.— ¡Nos vas a matar, Recuerda que a los conejos les puede dar un paro cardiaco ante los sustos!.

El mayor fué reduciendo la velocidad y sintió el cuerpo más pequeño temblar.

"Pendejo, lo asustas"

Levi siguió su trayecto y llegó al bosque, en donde se podía apreciar un hermoso paisaje con un lago de agua cristalina de fondo.

— Eren.– llamó al menor y al verlo se enternecio. El Omega tenía sus largas orejas blancas al
intemperie, abrazado fuertemente al alfa e inhalando su aroma para tranquilizarse.—lo siento..¿Estás bien?.– El pequeño asintió y siguió frotando su carita en la espalda ajena.— ya llegamos.

Eren hizo un evidente puchero —aún oculto, ya que quería seguir así— y se separó del mayor, mientras Levi se bajaba y ayudaba al otro. Sus ojos se pasearon por todo el perímetro, viendo la bella naturaleza y sus atributos.

— es... Hermoso.– dijo mientras esbozaba una linda sonrisa.

— si, es hermoso.– susurró, pero sus ojos se pasearon por el rostro
de Eren, quien no se dió cuenta del doble sentido de las palabras del león.

— y, qué haremos?.– cuestiona encarando al mayor.

Levi sonríe y lo jala de la muñeca mientras se adentraban al bosque.

[

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[...]

Un conejo blanco y de semi-largas orejas peludas, se encontraba corriendo o mas bien brincando y jugueteando con un imponente león negro.

Alfa y Omega dominaban ahora.

"¡vamos alfa, atrapame!".– llamaba el Omega, riendo ante los intentos fallidos del león.

El alfa sólo veía esa esponjosa cola moverse de un lado a otro y como la bola de pelo blanco brincaba en rebosante alegría.

Debía admitir que se le hacía un tanto difícil atrapar a ese escurridizo roedor, su pequeño si que era hiperactivo.

El conejito pareció asustarse con
algo que se encontraba moviendo en un matorral y rápidamente se oculta detrás del león, de los arbustos sale una ardilla con sus mejillas rellenas de nuez o alguna otra semilla.

El león se echó sobre su estómago y el Omega se subió en su lomo, olfateando la negra melena del alfa y restregando su carita en ella, mientras sus orejas caían hacia atrás y sus bigotes se movían al compás de su pequeña nariz al olfatear a su compañero.

Se bajó del lomo y éste se puso boca arriba, para nuevamente el conejito subirse a su pecho y frotar su nariz con la del león, era como un beso. Y eso enternecio al depredador.

"Te quiero mucho alfa".

"Te quiero mucho mi omega"

Sus instintos hablaron para ellos dos, mientras los humanos dormían y ellos dominaban.

Al final, después de pasar un rato más juntos y jugando, ambos instintos volvieron a la normalidad mientras los humanos emergian de su letargo para buscar sus ropas y vestirse.

De vuelta a la civilización, Eren se aferraba al mayor, éste conduciendo la motocicleta.

Los mofletes del castaño estaban
bañados en un carmín, porque el recordaba ese momento especial que tuvo su omega interno con el
lado alfa de Levi.



©¿Alfa Romeo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora