Capítulo 3

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    La silueta de Emily se veía ensombrecida por el contraste con la tenue luz que provenía de la calle. Hacía un buen rato que se había parado junto a la ventana, quizás organizando sus ideas, quizás tratando de averiguar qué rayos estaba haciendo, o simplemente contemplando la tormenta ya lejana, cuyos truenos, aunque espaciados y remotos, hacían temblar de vez en cuando los vidrios.

Alison se envolvió aún más en la toalla que la morena le había tendido hacía unos momentos. Ahora que se había relajado un poco, el frío comenzaba a adueñarse de ella con ímpetu, ocasionando que le castañearan los dientes.

Temía lo que se venía. No sólo por el hecho de que prefería olvidar su pasado, sino porque no estaba acostumbrada a decir la verdad siendo ésta tan desastrosa y referente a ella misma. Pero no podía mentirle más a Emily; era plenamente consciente de que aquella oportunidad, si es que se daba realmente, era la última con la que contaba para hacer las cosas bien. Quería que la morena confiase en ella tal y como lo había hecho siempre; poder apoyarse en su amistad incondicional en sus momentos de soledad y tormento, que a menudo ella misma ocasionaba. Necesitaba del cariño que siempre había dado por hecho; el mismo que había compartido sin saberlo en cierto punto, e intentado ignorar o disfrazar en otros momentos.

Ahora que lo había perdido todo, se daba cuenta de lo cobarde que había sido.

No es un mal primer paso- se dijo- Deja de mentirte a ti misma y quizás consigas hacer lo mismo con el resto.

Emily se removió donde estaba, sin volverse aún. Algo la molestaba; Alison la conocía lo suficiente como para reconocer la tensión que la envolvía y lo incómoda e insegura  que se debía estar sintiendo. Odiaba que aquel estado se debiese a ella. Si tan sólo pudiese hacer algo por desvanecer sus preocupaciones...

-                     Quiero saber una cosa- dijo la morena al fin, sentándose junto a la ventana y mirándola a través de la oscuridad del cuarto- ¿Qué más hay acerca de la historia de Cyrus Petrillo?

Alison se mordió el labio inferior. No esperaba una pregunta como esa; esperaba que Emily se enfocase más en su pasado.

-                     Te dije la verdad antes; lo conocía previo a que viniese a Rosewood, y también me traicionó y me robó- hizo una mueca, dándose cuenta de que como muchas otras veces, le parecía que una mentira hubiese sonado mejor que la verdad que estaba a punto de revelar, tras la cual no sabía si Emily seguiría abierta a seguir escuchándola- Lo cierto es que no fue A quien lo trajo, fui yo- al ver que la morena permanecía inmóvil, sin inmutarse, decidió que lo mejor sería seguir adelante- Quería que Tanner se convenciera de que mi historia era cierta. Comenzaba a sospechar, de eso no había duda. En cualquier momento hallaría una forma de desacreditarme, y no podía dejar que eso pasara- suspiró- Así que contacté a Cyrus e hicimos un trato; si él se hacía pasar por mi secuestrador, le daría un boleto de avión y una nueva identidad para iniciar de nuevo en otro sitio. Al parecer estaba desesperado, por eso confió en que saldría libre en poco tiempo.

Durante un rato, Emily permaneció en silencio, lo que puso nerviosa a Alison, quien se veía venir un estallido como el de la otra noche y la exigencia de que se fuese de allí inmediatamente, pero nada de eso ocurrió.

La morena asintió levemente con la cabeza.

-                     Por lo menos sé que en eso me has dicho la verdad- dijo con más calma de la que Alison se esperaba- Sabía que te habías reunido con Cyrus antes; Ezra me ayudó a indagar y encontramos algunas fotos fechadas de unos días atrás. Pudiste haberme mentido, pero no lo hiciste. 

La rubia contuvo el aliento, ¿acababan de ponerla a prueba? Si era así, le pareció que debía sentirse aliviada por haber pasado.

-                     ¿Dónde estuviste cuando te fuiste de Rosewood?- preguntó entonces Emily.

Alison trató de ordenar sus pensamientos antes de responder. Comenzó a hablar aludiendo al  momento en que dejó el motel a donde la había llevado Mona; relató con lujo de detalles lo sola, insegura y temerosa que se había sentido al principio, y la devastación que la había invadido después al darse cuenta de lo duro que sería el seguir adelante hacia un camino que sólo enseñaba sombras en cada rincón. Le contó las muchas veces que había pasado hambre y frío, los horribles lugares donde se había visto obligada a refugiarse, las cosas que había tenido que hacer para sobrevivir, las múltiples personas que había conocido en su trayecto y los problemas que habían surgido con muchas de ellas, semejantes a lo acontecido con Cyrus. No pudo evitar llorar cuando las imágenes más trágicas invadían su conciencia; cuando recordaba las veces que hubiese preferido haber muerto en la tumba que su madre había cavado para ella; las veces que había estado a punto de rendirse y volver sin importarle su propia vida o su seguridad. Su relato era tan vívido como lo podría haber sido la más elaborada de sus mentiras en sus mejores tiempos; era una historia cruda y demasiado real, llena de arrepentimiento, dolor, miseria y hasta tormento. Habían sido dos años, y sin embargo parecían el triple.


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Emily escuchó a Alison en silencio, sin intervenir en ningún momento pero siendo asaltada por un flujo de pensamientos y sensaciones que hacía casi insoportable el seguir oyendo.

¿Acaso le estaba contando la verdadera historia, la que la rubia se había negado a revelarles desde un principio? No le pareció que alguien pudiese inventarse todo aquello, sobre todo al oír cómo se le quebraba la voz y ver cómo su rostro se deformaba bajo la casi inexistente luz de afuera cada vez que contaba algo espantoso o de lo que se sentía avergonzada o que la mortificaba.

Alison estaba siendo sincera a pesar de ella misma, y eso, pese a ser tardío, era algo importante para Emily.

Al mismo tiempo que la veía hablar, una feroz lucha se había instalado en su interior; una lucha que desde la noche en que se pelearon había prevalecido dentro de su conciencia, intentando por un lado que viese las cosas tal como eran y se rindiese con Alison, y por el otro que se permitiese a sí misma perdonar y dar una última, aunque no tan merecida, oportunidad.

Emily siempre se había considerado una persona sensata, pero que hacía insensateces en todo lo referente al amor que sentía por Alison. Se interrogó nuevamente a sí misma; ¿cómo era posible que después de todo lo que había hecho, de que las hubiese apartado, de que se hubiese burlado de ella al saber su mayor secreto y roto su corazón no mucho después, entre todo lo demás, cómo era posible que aún una parte de ella estuviese resuelta a aceptar a la rubia?

Cuando Alison se detuvo y la miró expectante, pasó un largo rato antes de que Emily se pasase una mano por el rostro para deshacerse de las lágrimas por segunda vez aquella noche, y se dirigiese lentamente hasta donde ella estaba.

Durante un momento sólo permaneció de pie, contemplando su rostro visible con sus ojos ocultos por la oscuridad. Alison la miraba con desesperación, y nuevamente le pareció que veía una parte de ella que la rubia siempre se esmeraba en camuflar con la fachada de la chica fuerte e indestructible. Era también por eso que Emily se había ablandado: la chica se había abierto al fin, le había permitido ver que podía quebrarse, que la situación le podía y que estaba dispuesta a mostrarse sin máscaras frente a ella, a mostrarle su vulnerabilidad, su desnudez emocional. Y pensar que aquella era la misma Alison que había intimidado y hasta hecho llorar a sus amigas tiempo atrás. Algo era seguro; los años que había permanecido oculta la habían cambiado, quizás para convertirla en una mejor persona; una persona que la morena siempre había visto en ella.  

Se precipitó hacia adelante y la envolvió en sus brazos, sintiendo cómo Alison temblaba y se desmoronaba contra su cuerpo. La oyó llorar y disculparse de una forma que le dolió profundamente y que reforzó la sensación de que hacía bien al intentar, al menos, perdonarla.

Una serie de golpes se oyeron en la puerta de planta baja, tan estruendosos, que no hubo problema en escucharlos desde el piso de arriba con suma claridad.

Emily se separó un poco de Alison y giró la cabeza en la dirección de la que venía aquel sonido continuo y estridente.

-                     Quédate aquí- dijo mientras se dirigía a las escaleras.

¿Podrás con la oscuridad?- EmisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora