Capítulo 16

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    Resultaba tan recia la angustia de Emily a medida que circulaban por las calles de Rosewood, y era a su vez tan inmensurable su nerviosismo, que cuando Aria le apoyó una mano sobre el hombro derecho, tenso y vibrante de emociones que se esforzaba por mantener a raya, la chica estuvo a punto de golpearse la cabeza contra el techo del auto.

    Aria y Ezra intercambiaron una mirada de preocupación desde el asiento trasero; y si no fuese porque la morena iba demasiado concentrada en no dejar de notar lo increíblemente lento que era su avance y en teclear el número de Spencer cada medio minuto, podría haber escuchado alguno de los varios "Todo saldrá bien" que le habían dirigido tantas veces desde que se encontraron a la salida del cementerio.

- ¡Sigue sin responder!- Se exaltó Emily, conteniendo sus ganas de arrojar el celular de Hanna por la ventana, bajarse e ir corriendo ¿Cómo era posible que en Rosewood nunca hubiese tránsito más que la única vez que éste podría complicarles las cosas seriamente?

- Ya las hallaremos, Em- Suspiró Hanna- Ahora, deja de moverte como si tuvieses hormigas en los pantalones. Me pones de los nervios.

    La morena cruzó las piernas y se llevó una mano a la frente, soltando un lamento.

- ¿Probaste llamar a Toby?- preguntó Ezra.

- Lo llamé un par de veces sin suerte- afirmó Emily frunciendo el rostro- Esto está mal. ¡Sabía que algo estaba mal! ¿Por qué no me quedé con ella?

- Eso no habría cambiado nada- Dijo Aria- Y tampoco lo hará el que te pongas así. Respira, Emily; estás blanca que das miedo. Sé que no es nada sencillo, pero intenta tranquilizarte.

- ¡No puedo!- La morena se cubrió el rostro con las manos, convencida de que los intentos de su amiga por serenarla tenían en ella exactamente el efecto opuesto.

    Aria suspiró y volvió a apoyar una mano en su hombro, esa vez con más sutileza para no asustarla.

    Ninguno de ellos se habría podido imaginar, ni por un segundo, lo que hallarían al arribar al sitio donde pretendían probar suerte.

    Al llegar a casa de Spencer y encontrar allí a media redada de autos policiales, el corazón de Emily se cayó al piso, y por poco lo hizo ella también, si Hanna no hubiese llegado a tiempo para sostenerla, pues justo en ese momento, por la puerta principal, salieron un par de oficiales que llevaban entre ellos a Alison, quien parecía haberse lastimado duramente la quijada y un pequeño hilo de sangre corría por su nariz.

    La morena sintió que el cansancio, el miedo, la desesperación y el dolor caían sobre ella como un peso demasiado grande como para poder mantenerse en pie.

    Por un momento se le ocurrió que iría corriendo hacia los oficiales y comenzaría a gritarles de todo menos que eran lindos mientras intentaba hacer que soltasen a la rubia, pero algo intercedía a la hora de tomar esa clase de determinación; estaba en una especie de shock en el que nunca se había visto inmersa. No desde la muerte de Maya, si es que era posible equiparar ambas circunstancias.

    No fue únicamente, sin embargo, la situación en sí lo más desconcertante, sino también la expresión en el rostro de Alison; una especie de mueca jactanciosa, como si acabase de cometer una hazaña, o como si hubiese ganado.

    De inmediato salió Spencer de la casa, quien no parecía demasiado consternada al ver cómo arrastraban a la rubia hacia la patrulla. Al ver a las chicas, intercambió una mirada con Toby, quien caminaba a su lado y, al notar que ellas se disponían a acercarse, les hizo una señal para que se detuvieran y salió corriendo en su dirección.

¿Podrás con la oscuridad?- EmisonWhere stories live. Discover now