Capítulo 44

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    Cuando Luke O'Brien atravesó la niebla en el pequeño gomón cuyo motor había conseguido encender mediante un truco aprendido durante su infancia, el más necio pesimismo lo indujo a creer que no conseguiría llegar a tiempo para hacer nada.

    Había tardado pocos minutos en ponerse en marcha luego de que Emily saltara al mar, pero aún así sabía que ese escaso tiempo era bastante significativo en las circunstancias que se daban.

    Su única marinera, Hanna, iba al frente escrutando la superficie por la cual se movía la pequeña embarcación, que daba saltos y repiqueteaba contra el mar de forma acelerada. La visibilidad aún era algo escasa, pero todavía resguardaban las esperanzas de dar con el yate.

    Luke no quería decir nada, pero no se sentía demasiado optimista luego de haber oído los cuatro disparos y los gritos que, según les pareció a la mayoría, parecían más de Alison que de Paige.

    Y sus dudas se acrecentaron cuando comenzaron a escuchar los llamados de Emily.

    El muchacho encaminó la lancha en dirección a los pedidos de ayuda, sin atreverse a acelerar demasiado para no pasar por arriba a su objetivo, por si acaso la morena se hallaba en el agua, como creía probable, y no en un bote al que habría sido bastante dudoso que hubiese logrado subir por su cuenta.

    En serio, parecía que Emily no había meditado un solo segundo antes de lanzarse del muelle.

    Estaba a punto de considerar seriamente girar en otra dirección, suponiendo que se había desviado un poco de más hacia la costa, cuando sintió un grito mucho más cercano que todos los anteriores.

    Luke detuvo el motor apenas Hanna le advirtió que acababa de ver algo entre la bruma y se movió por encima del gomón, haciendo que éste se bamboleara bajo su peso mientras se dirigía hacia la proa e intentaba atisbar entre la niebla.

    Apenas fue capaz de reconocer lo que sus ojos habían divisado, saltó al agua sin pensarlo dos veces y nadó en dirección a las dos personas que sin duda luchaban por mantenerse a flote, gritándole a Hanna que bajara los remos, aunque un poco escéptico a la posibilidad de que supiese cómo hacerlo.

    No importa, se dijo. Si debía, haría dos viajes hasta la embarcación para poner a las dos chicas a salvo.

    Aunque cuando llegó hasta el punto donde se encontraban, se preguntó si realmente serían dos personas a las que intentaba salvar.

    Trató de que su horror no le impidiese seguir actuando, pero era sencillamente desalentador ver el estado de ambas chicas; sobre todo el de Alison.

    Luke debía proceder con presteza.

- Dámela.- Le dijo a la sollozante y trémula Emily, que estaba pálida y enfermiza, pero no tanto como el cuerpo inerte al que sostenía con tanto afán.

    La morena obedeció, y Luke, tras hacer acopio de todo su valor, se dispuso a tomarle el pulso a Alison, cerciorándose de que, aunque apenas, la chica seguía con vida.

    Le indicó a Emily que lo siguiera, pero al avanzar unos metros con el único uso de sus piernas, se dio repentina cuenta de que la joven no lo acompañaba.

- Fields, ¡vamos!- La chica daba débiles brazadas, pero no conseguía luchar contra la corriente con la poca fuerza que le quedaba. El muchacho se dio cuenta de que no podría sola.- ¡Espera, no gastes energía! ¡Iremos por ti, quédate donde estás!- Luke se giró y se acomodó los brazos de Alison alrededor del cuello, tratando de aguantar sus muñecas unidas con una sola mano de modo que la otra le sirviese para nadar.- ¡Hanna! ¿Pudiste con los remos?- Gritó.

¿Podrás con la oscuridad?- EmisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora