5. - Presentación en sociedad.

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- Vamos a ver, que si no te apetece la cena podemos quedarnos aquí en el cuarto – sugerí cuando vi la cara de Pablo al proponer el plan de cenar con los amigos de Ana. Por dios, era en esa misma casa, sin tener que desplazarse, ni tener que preparar nada. Si yo era una señora mayor, mi novio estaba dando el último suspiro antes de morir. Sí, vale, soy una exagerada. En su defensa diré que yo no era muy fan de salir a discotecas a rebosar de gente y rodeada de gente borracha dando la murga pero nunca venía mal una buena conversación, y más, si había música por medio. Doblé el jersey, que no sé en qué momento de Agosto pretendía ponérmelo, y le oí suspirar a mis espaldas – No sé, hacemos lo que veas, pero dime algo.

Su mano acaricio mi espalda, me giré y me abrazó – Lo siento Miri, ha sido un día muy largo, sólo quería descansar pero resultaría grosero quedarse en el cuarto. Iremos. ¿Cenar teníamos que cenar no? Yo al menos me muero de hambre y conociéndote supongo que tú también. Voy a la ducha, mientras te arreglas el pelo, Leona – dijo risueño.

Y luego hablan de la bipolaridad de las mujeres. En fin.

Sonreí por salirme con la mía una vez más, aunque no me solía costar mucho, y continué intentando darles forma a esos rizos rebeldes. Cuando ya acabe con el look capilar me enfundé unos vaqueros ajustados de esos que venden ahora con push up, que son una maravilla, y una camisola negra que resaltaba mi moreno. Si señoras y señores; pasé todo el verano en Galicia pero para vuestra sorpresa el astro Sol viene a visitarnos de vez en cuando y es posible adquirir una tez morena. Me miré al espejo y vi lo que veía desde que tengo 18 años, cuando mi cuerpo decidió que hasta ahí había llegado mi desarrollo hormonal. Soy más bien tirando a alta con un peso bastante ajustado pero tengo "carnes de donde agarrar", como diría mi abuela. Si me miráis más en profundidad, tengo los ojos color miel aunque cuando sonrío achino tanto los ojos que es imposible adivinar su color. Lo que sí sale a relucir con mi sonrisa son estos dos cachetes bien hermosos, herencia de mi padre, que contrarrestan con mi nariz redondeada; esta vez, herencia materna. La cara es un poco ovalada, pero nada que esta melena rubia voluminosa no me pueda enmascarar un poquito. Hoy las ojeras se hacen ver. Entenderme, ha sido un viaje muy largo y con encuentro con idiota de por medio pero bueno, no hay nada que un anti ojeras, un eyeliner y un buen rimmel no puedan enmascarar. Mis nociones de maquillaje llegan hasta ahí, no soy muy de estar una hora delante del espejo arreglan...

- ¡Miriam, Miriam! – grita la canaria desde el salón interrumpiendo mis pensamientos - ¡Que viene Nerea! ¡Ya de ya!

- Puedes bajar un poco el tono, que mi novio va a pensar que estas como una cabra – respondo entre risas.

- De locas me vas a venir a hablar tú. Mira el grupo de Whatsapp, anda. La niña viene hoy porque mañana tiene que mirar un par de apartamentos, a mediados de septiembre se muda definitivamente a Madrid ¡ A Madrid! Podremos estar las tres juntas, ir a tomar helados, cenar palomitas viendo Netflix, hacer una fiesta de pijamas, comer chucherías...

- Ana, por favor, que eres la adulta de las tres que tenemos 20 y pico años, algunas más que otras – chinché. Ana era la mayor, seguida por mi y después Nerea, la benjamina, aunque en edad mental era difícil decidir el orden.

- Bueno también podemos quedar a tejer o ir a la plaza a jugar al cinquillo, Señora.

- Qué graciosa ¿Y cuándo viene? ¿Tengo unas ganas de abrazarla? – con la gente que tengo confianza soy un verdadero oso amoroso, aunque con los demás parezca un tempano de hielo.

- Esta noche, le dije que se viniera a cenar con todos, así de paso conoce a Roi, Luis, María, Agoney y toda la tropa con la que me muevo por aquí. Que guay que estemos todos juntos, me hace mucha ilusión. ¡Anda, venga! termina de prepararte que no sé qué es lo que pareces con un ojo pintado y el otro no.

Conmigo SuficienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora