broken heart - ❝ milo manheim ❞ [TERMINADA]

nineteen

Era lunes y las clases del trimestre volvían a comenzar, a punto de cerrar el año. Cuando los alumnos lloraban por su año difícil o no lograban sacar el resultado que querían, yo estaba tan feliz por que todo estaba resultado como quería, había obtenido una beca completa más un trabajo sobre fotografía, mientras que Milo cumplía su sueño filmando una película.

Holiday, aún seguía llorando para que ambos volvieran a estar juntos y me daba un poco de pena aquello, y con Mike a veces nos juntamos a beber café cerca de su casa, su hija Sydney estaba creciendo de golpe, tenía unos ojos hermosos verdes que se notaban demasiado, ahora hablaba un poco más pero aún así era una niña preciosa.

— ¿Y bien? — Dijo Mike. — ¿Estáis juntos con Milo?

Negué.
Es que nosotros aún no teníamos nada claro aún, no sabía que eramos él seguía viéndose con Holiday mientras que yo cuidaba a Alison la mayor parte del tiempo, la dejaba en el liceo y después la iba a buscar, ambas nos íbamos en micro pero era algo cansador. Y a veces no podía ir a buscarla y me daba terror que se fuera sola por ahí.

— ¡Sydney! — Dijo una voz femenina, la menor y yo mirábamos a la persona de la cuál venía esa voz.

Tenía el cabello corto y rosado, mientras que me miraba con esos grandes ojos negros llenos de rabía, Irene.

Rodeé los ojos para ignorarla, Mike me pateo la pierna mientras que veía la mirada de Irene fijarse en la pequeña niña de grandes ojos verdes, ya que se llamaba al igual que yo a esta le daba un poco de curiosidad.

— Sydney, ven aquí. — La niña camino a Irene, sonrió algo maniática.

Tome a la niña en mis brazos para junto con Mike salir y adentrarnos al automóvil, esta nos siguió escondí a la cara de Sydney en mi pecho para que no la viera, hasta a mi me daba terror verla.

— ¡Arranca! — Grité desesperada.

Irene había empezado a rasguñar el vidrio murmurando que iba a matarme y ahora no iba a fallar en hacerlo, mi corazón latía rápido y al parecer en cualquier momento mi corazón iba a estallar de lo asustada que estaba en ese momento.
Pasaron unas cuantas cuadras en cuento por fin atiné y mire a Mike.

— Debes irte, no estás seguro aquí. Menos con Sydney. — Comenté asustada.

La pequeña niña estaba tan asustada como yo, y tenía miedo de que a ella también le hicieran algún daño por ser una  pequeña niña que quería, era su madrina. Mike me la había dado hace un mes y algo, y ellos debían irse ahora no estaban seguros aquí en Portland, menos con Irene de vuelta a su casos enfermizos y obsesivos. 

— Debo llamar a Milo, yo también debo irme.

Antes de bajarme en mi departamento Mike saco un bolso con dinero y lo suficiente para crear otra vida lejos de donde estaba Irene, y creó que tenía razón.

— Con Betty te aceptamos con gusto en Canadá.

Dicho eso se fue con la pequeña lo más rápido posible, yo subí alterada por todo lo que estaba ocurriendo en aquél lugar al subir Alison se encontraba en el sofá tomando té con Milo, ambos muy calmados.

— Alison, empaca tus cosas. Nos iremos mañana en el primer vuelvo que encontremos. — Comenté alterada caminando a mi habitación.

— ¿Me vas a dejar? — Preguntó Milo.

— Milo este no es el momento, Irene viene por mi y a matarme. — Dije nerviosa. — Vayámonos juntos, ¿sí? Hagamos una vida nueva juntos.

Le supliqué llorando, mientras que le miraba acariciando su cara, pidiéndole que nos fuéramos juntos.

— Por favor, Milo. Vayámonos juntos. — Le pedí rompiendo en llanto.