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- En El Caldero Chorreante - contesto con una sonrisa volteandose hacia mi por completo. Sólo entonces pude notar que la cuchara de plata que provocaba el incesante sonido no necesitaba humano que la controlara, pues hacía su labor muy bien sola.

-¿Cómo...Qué...Qué es...Qué rayos está pasando? - la sorpresa y confusión eran casi palpables en mis palabras.

-¿No te lo he dicho ya? Eres una bruja, _______, llevas sangre de maga en las venas. La magia es parte de ti, es algo que está en tu ADN y que no eres capaz de elegir - explico todo con una sonrisa.

-¿A...DN? - aquella palabra hacía eco en mi mente. No era la primera vez que la escuchaba, pero era la primera vez que rebuscaba su significado.

Una pequeña y borrosa escena vino a mi en aquel instante.

*Flashback*

*Omnisciente's POV*

-Observa, tía Minerva, ya puedo mover las cosas sin tocarlas - una pequeña ________ explicaba a una más joven McGonnagall. La pequeña niña se volteó luego de explicar aquello en los brazos de su madrina, dirigiendo su mirada llena de determinación hacia el centro de mesa del pequeño mueble de la sala de estar.

La mayor no esperaba realmente nada, la pequeña habia presentado señales de ser un ser mágico solo 2 años atras, a sus 6 años. Aún a, fue pura y únicamente para evitar la tan terrible catástrofe de que uno de sus compañeros del instituto se rompiera el brazo. Para suerte de los Rodhig, ningún adulto creyó la descabellada historia de que una niña simpática y enérgica habia hecho levitar a uno de sus compañeros para luego aterrizar en un bloque de cemento que se había transformado mágicamente en una suave almohada gigante. Aunque, incluso luego de aquel exitoso rescate, la pequeña descendiente de los Rodhig no había presentado ningún otro episodio de magia.

Sus padres no estaban seguros de si era mejor o peor para ella, pues luego de que se presentará formalmente como una maga, la niña tuvo que ser cambiada de colegio un año más tarde por las constantes burlas y maldades de los demás niños, no importando realmente si allí estaba o no su tan preciado amigo, Lee Jordan, para defenderla. Y el siempre estaba allí para espantar a las arpias.

Minerva salio de sus pensamientos en el mismo momento en que escucho pronunciar un claro y firme "accio" de parte de su pequeña sobrina. Abrió la boca para cuestionar el como conocía aquel hechizo que sólo se encontraba en libros pertenecientes al mundo mágico, libros a los cuales, se suponía, aún no tenía acceso. Sin embargo, el veloz centro de mesa que pasó frente a sus ojos, rozando sus narices, y que se estrelló contra el muro que había a espaldas del pequeño cuerpo la dejo casi muda.

-¿Lo ves, tía? - a pesar del adorno destrozado y del posible castigo que la niña ganaría mas tarde por ello, ______ sonreía observando a su tia con los dientitos asomando por la comisura de sus labios.

Segunda Oportunidad. (Fred Weasley Y Tú).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora