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Nos dimos vuelta para subir las escaleras al mismo tiempo, tal vez por eso no note que él volteo a verme una última vez.

***

Fuimos a desayunar como de costumbre, nos encontramos en la sala común junto con los chicos y más tarde en el Gran Comedor con Lavanda. Había dormido varias horas e incluso me había puesto en pie para bañarme y poder hacer que el cabello se secara más rápido, con un hechizo por supuesto, porque no había secadora en ese instituto.

Comimos entre bromas y bostezos, pues era lunes después de todo.

***

Cuando la hora del almuerzo llegó, junté mis cosas de la mesa en la que estábamos y me dispuse a salir para esperar a los gemelos y Lee afuera.

-¿Vas a la biblioteca? - pregunto, cargando los libros como podía.

-No, vamos a comer. Luego vere si saco algún libro para leer más tarde - sugerí simplemente. Lee abrió los ojos con sorpresa, pestañeando varias veces al ver que lo decía con seriedad.

Finalmente sonrió, pasando su brazo por sobre mis hombros y sosteniendo sus libros con el otro.

-Asi esta mejor - y dicho aquello, cambio de tema en lo que esperábamos a los gemelos, para finalmente dirigirnos a comer con tranquilidad donde Lav ya nos esperaba sentada en su mesa en un lugar paralelo a unos espacios vacíos en la nuestra.

Si, cuidar mi salud era importante mientras tuviera a Lee. Los secretos podían esperar, porque algo en mi interior me decía que había algunos que era mejor no saber aún.

***

-3 meses después-

-______, ¿Estás bien? - una voz profunda se escucho a mis espaldas. Me volteé para encontrarme con alguien que sinceramente no me esperaba.

-Bill - susurré. Este se sentó a mi lado y miro el fuego, tal como yo hacía antes de que captara mi atención, volví mi vista hacia las flamas -. Sí, estoy bien solo estaba pensado. Es más fácil pensar aquí abajo - admiti con la voz chiquita. No tenía realmente muchas ganas de hablar, pero era un Weasley, así que no podía ignorarlo.

-¿No te llevas bien con tus compañeras de habitación? - cuestionó inocente, sin tonos o expresiones.

-No estoy segura, no hablamos casi nada. Solo les digo si o no y ya estuvo - admití, encingiendome de hombros para quitarle importancia -. Solo siento que molestaría que alguien con insomnio frecuente se mantenga despierta mirando a la oscuridad como una loca, tal vez alguien se despierte y muera del susto nunca se sabe - sugerí, con la voz aún pequeña, observando el fuego bailar en la chimenea.

La pequeña risa de Bill me descolocó un poco, lo observé curiosa.

-Eres más considerada de lo que pareces - admitio, mirándome con aquella sonrisa.

Observe aquellos pronunciados hoyuelos en su perfecto cutis y me perdí en ellos. Por alguna razón, me causaban una gran nostalgia, una que mi arruinada memoria no podía explicar.

-¿Siempre haces eso? - la voz de Bill volvió a llegar a mis oídos.

-¿Qué cosa? - cuestione perdida.

-Observar fijamente a las gente sin pudor - comengo chistoso, volviendo a sonreír.

-Lo siento - me puse nerviosa -. Tus hoyuelos - me interrumpió.

-Los tuyos también son lindos, por eso las sonrisas te quedan mejor - estiro mis cachetes, tratando de formar una sonrisa. Rió al ver la mueca extraña que se formaba en mi rostro.

-¿Gracias? - sono más como una pregunta.

El silencio que se formó después fue tenso, no era como los silencios cómodos que solían formarse cuando Fred y yo nos encontrábamos en la Sala Común todos los domingos. Casi pareciera que Bill estaba esperando que hiciera o dijera algo, pero no sabía que decir y ni tenía ánimos de reír.

-¿Segura que estás bien? - volvió a preguntar, preocupado.

Me volteé hacia él.

-¿Por qué no habría de estarlo? Pensar no siempre implica estar mal, solo estoy tratando de ver si mi mente me permite atar algunos cabos sueltos - sonreí para tranquilizarlo -. Es solo más difícil de lo que pensé - trate de que aquello sonara chistoso, pero los ojos de Bill seguían profesando una profunda preocupación.

*Bill's POV*

Baje en silencio las escaleras hacia la Sala común.

"-Esta allí todas las noches, es solo que nadie lo nota, porque esta tan ausente que su presencia se vuelve casi imperceptible". Esas fueron las palabras de Albus Dumbledore sobre _______ cuando me llamo a su oficina para advertir que era un caso especial.

"No la molesteis para que siga las reglas, porque, de ser de ese modo, las cambiará para todos los demás" fue la advertencia que nos dios a todos los prefectos. No entendía muy bien a que se refería, pero cuando me pidió que me quedara luego de que los demás se retiraran, me sorprendió escuchar el favor que me pidió.

*Flashback*

-Se que mis repentinas noticias lo han de tener muy confundido, joven Weasley; pero es porque usted carga con este apellido que confiara en usted más que en nadie. Le pido que observe de cerca a la Joven Rodhig, pero no se sorprenda cuando note en ella la falta de espíritu, ni se deje engañar por su aspecto serio; si observa bien, verá en sus ojos apagados la confusión que carga y cuán desesperada está su consciencia por recuperar lo que se le ha sido arrebatado. Pero tenga usted cuidado, joven Weasley, porque la oscuridad de su alma no lo trague de lleno al mundo sin colores en el que ella vive - y la seriedad en su rostro arrugado lograron erizarme la piel.

Ahora que la observaba allí, sentada mirando el fuego, sin reír, sin sonreír, sin siguiera hablar y respirando de una manera casi imperceptible, comprendía un poco más las palabras del profesor Dumbledore.

Los ojos de _____ no eran los ojos de una niña.

*****

N000 re fuerte este capítulo. Pero si, necesito que lleguen a comprender que tan rota está la rayis para avanzar en la historia. Cada personaje tiene una personalidad minuciosamente elegida, con fundamentos de por medio obvio. Algunos van a ser explicados antes otros después, todo a su tiempo amores.

Bueno perdón por la tardanza les juro que tenía vacío el frasco de imaginación.

Esto es todo chinchulines, espero que nos leamos pronto chauchau.

*Entra outro de HP*

Segunda Oportunidad. (Fred Weasley Y Tú).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora