Capítulo 40

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YA NO QUEDA NADA PARA EL FIN DE ESTA HISTORIA. SI HAY ALGO QUE NO COMPRENDE DE LA TRAMA HASTA LA HORA ESTE PUEDE SER EL MOMENTO EN QUE MENCIONE SU DUDA Y SERÁ ACLARADA, CLARAMENTE POR MI. 

Sin otro, disfrute lo que se viene (yo adoro mucho este capítulo, preparen pañuelos y cuchillas, ya sabrán por qué).

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Capítulo cuarenta (antepenúltimo capítulo)

"Night Changes"

"Solo me estoy poniendo más viejo, cariño y he estado pensando en ti últimamente. ¿Alguna vez te han vuelto loco? ¿Qué tan rápido cambia la noche? Todo lo que siempre has soñado, desaparecerá cuando despiertes pero no hay que temer incluso cuando la noche cambia. Nunca cambiaremos yo y tú." –Night Changes ~ One direction.



Deseo con toda mi alma que... Harry sea feliz –Su corazón explotó lleno de amor porque éste deseo era lo más real que pudiera a ver salido de su alma—

Sus ojos se abrieron al relámpago de los aplausos emergentes de Leonor y Jay. Louis removió sus azules ojos en dirección a Harry quién estaba perdido en algún punto cualquiera del living.

El rostro del ojiverde era rostro de tragedia. Y Louis solo quería correr a sus brazos para poder consolar toda esta terrible humillación. Quería besarle y decirle que no importaba que el cumpliera treinta, no importaba si su vaquero no estaba junto a él.

—Mi amor...me ha costado muchísimo elegir tu regalo, espero simplemente que te encante bebito. –decía la castaña con voz chillona. Acercó a Louis una pequeña cajita roja—

—Gracias, Leo. –pronunció el ojiazul con voz débil—

—¡Anda corazón, que esperas para abrirla! –incitaba, Jay con una sonrisa. Harry tragó saliva, estaba contando mentalmente hasta diez. Se sentía basura muy basura—

—Bien... –decía, Louis mientras abría la pequeña cajita, cuando terminó sus ojos no brillaron como pudieran haberlo hecho hace un tiempo atrás, era oro lo que había ahí y no estaba interesado en lo absoluto— Oh vaya... –articuló con decadencia—

—¡Dios es un Potra Ferri! –exclamó, Jay emocionada al ver el reloj de oro que Leo había regalado a su hijo— ¡Leo pero que regalo has dado, linda! –sonreía, la mayor—

—No es nada, para el futuro padre todo... –respondía, la castaña mirando ladinamente a Harry quién no estaba interesado en corresponder la mirada a la víbora—

—Bueno falta el mío entonces... –comenzaba diciendo Jay— Me costó mucho elegir que podrías necesitar y en vista de lo que he hablado con Leo, creo que esto te servirá rotundamente. –entregaba entonces su regalo. Louis sonrió demacradamente y abrió el regalo—

—¡Oh por dios un Iphone 6! –gritoneaba, Leonor con grandes ojos— ¡Bebé esta buenísimo!—

—Espero que le des utilidad, no está en el mercado de todo, pero ya sabes, para mí no se niega nadie. –decía, Jay orgullosa—

—Gracias mamá... –contestaba Louis con una sonrisa de circo— esta... todo muy sutil.

El reloj de la pared anunciaba que eran ya las nueve de la noche. ¿cómo pasaba la hora tan veloz? Se preguntó mentalmente Louis.

Summer in Tennesse  «l.s»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora