Epilogo

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Hola ♥

Antes que todo, muchísimas gracias por el apoyo que han brindado no solo a esta historia sino, a las demás que estoy re publicando/publicando. Todo este año ha sido de trabajo, momentos de plena felicidad y otros de mucha angustia. Soy una agradecida de la vida porque a pesar de que tengo episodios de muuuuucha frustración, siempre salgo del paso muy victoriosa. Por eso, anclas: NUNCA SE RINDAN y siempre pataleen cuando se deba, después solo será un día nuevo con mejores ánimos y proyecciones. 

Luego de toda la lata que os di con mi mensaje motivacional, por fin el epílgo de esta hermosa historia que pasó por taaaaanto pero, finalmente tuvo su desenlace. Abrazos apretados a todas quienes estuvieron al cien aquí, no crean que no lo noté. Se cuales son hasta siempre <3. Ahora sin más, os dejo... y ¿nos seguiremos leyendo, verdad? ♥ 

Disfrute la función.


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EPILOGO

"Por los que se fueron y los que quedaron



Intentó un margen de catorce veces mantenerse con los ojos abiertos –bien abiertos— por más de diez segundos, pero simplemente no podía. Maldijo ante la desesperación, de seguro ya eran pasadas las cuatro de la madrugada.

Gimió en silencio ante la frustración y el malestar. Su cabeza parecía querer explotar y su cuerpo ardía, quería magullar toda su carne y el clima no parecía ayudar en lo absoluto.

No pudo contenerse más, sin embargo. Se puso de pie rascando su cabeza, con sus ojos al borde del llanto. Caminó a paso casi veloz, pasando por el pequeño living, luego por la cocina, aún medio dormida, subió por la escalera que daba hasta la habitación superior y una vez allí, movió la manilla.

Cerrado.

Cerró sus ojos y con desesperación comenzó a golpear un par de veces, luego de ello esperó, mirando hacia los lados. Todo oscuro, seguro estaban dormidos y ni le oirían.

Comenzó a llorar.

—Papis... –se ahogó en su llanto. De pronto la puerta se abrió, una mata de rulos escurridizos se podía apreciar—

—¿Liss? –articuló, la voz ronca de Harry—

—¡Papi! –vociferó, la pequeña para lanzarse a los brazos de su padre. Harry la sostuvo y repartió dulces besos desde las mejillas húmedas hasta los hombros de su pequeña hija—

—¿Qué sucede, princesa? –preguntó, el ojiverde mientras metía en la cama a la nena— Ya está, estamos aquí... –tranquilizaba, Harry—

—T-tengo miedo... –lloriqueó—

—Oye, ¿no hay que tener miedo? ¿de acuerdo? No estás solita, estoy yo y está papá Louis... –decía, Harry para con una de sus piernas mover al ojiazul. Louis despertó encontrándose con la niña en medio de ellos—

—Dios, ¡que sucede! –vociferó, preocupado— ¿Estás bien, bebé? –preguntó, encendiendo la lámpara de la mesita de noche—

—Papi, me duele... –indicaba, Liss levantándose el pijama de polar.

Harry y Louis apreciaron el pequeño estomago de la nena. Tenía ronchas por todos lados, incluso si en el rostro tenía –y ellos creyeron que eran picaduras de zancudos— esta vez habían aumentado de gran manera. Liss tenía lágrimas en sus ojos y eso provocó mucho sentimiento en ambos padres.

Summer in Tennesse  «l.s»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora