Desde el principio

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Era una zombi, ojeras negras, su piel aunque sea morena se notaba pálida, Bobby se asustó al ver a su hermana de esa manera. Parecería que no pegó un ojo en toda la noche. Ni siquiera comía los cereales que se encontraban en la mesa ni tomaba el jugo de naranja.

-¿Estás bien hermana?

Ronnie Ann solo lo miró y de repente se cayó de la silla, sus manos sostenían su cuerpo débil y cansado. El joven sin titubear llamó a emergencias, el estado de su hermana parecería empeorar. Bobby también llamó a la matriarca de la casa, Maria Santiago. Ella salió del trabajo para socorrer a su hija que seguía igual cuando la vio. La acostó en la cama y como toda experta en primeros auxilios la analizó. Solo era un malestar estomacal, Maria le recomendó no ir al colegio y pasar todo el dia reposando y comendo alimentos saludables.

-¿Que pasó hijo? -Le preguntaba ella mientras salían de la habitación.

-Le dije si todo estaba bien y me miró y luego se descompuso. Por un momento me asusté mamá. Es que estuvo nerviosa estas semanas ¿Sabias que Lori se fue a Europa con sus hermanas y sus padres?

-Si lo sabía.

-Lori me pidió que vigile a Lincoln y le conté eso a Ronnie. Ella se lo tomó en serio.

-Pero algo no cuadra ¿Por solo vigilar a Lincoln se descompuso?

-No le digas... Lo vimos besándose con una chica y Ronnie se moría de celos pero... No creí que fuera para tanto. Me asusté.

-Ahh, a veces pasa eso pero no de esa forma. Pensé que fue una bacteria lo que la dejó de esa manera, pobre mi hija ¿Y después que pasó?

-Le recomendé que hable con Lincoln sobre sus sentimientos pero creo que fue peor.

-No te martirices hijo, no sabías lo que iba a pasar, tú tranquilo que esto se va a solucionar. Conociendo a Ronnie se tardará un poco. Ahora tengo que regresar al trabajo Bobby, si puedes ¿La cuidas? Por favor. Luego me encargaré exclusivamente.

-Si mamá pero a la tarde trabajo, seguro se le pasará. No te preocupes.

Maria dejó la casa y Bobby apenas ella se marchó, le preparó avena para Ronnie Ann. La chica estaba sentada en la cama, tapada hasta la cintura con esa mirada que tenía al descubrir esa verdad. Imaginar a Lincoln y Leni besarse de esa manera le produjo náuseas queriendo vomitar. Su cabeza le daba vueltas ¿Y si no era? Su mente le estaría jugando una mala pasada. Pero ella misma lo vio, los aros que encontró eran los mismos que buscaba Leni. Ronnie no dejaba de pensar en las posibilidades. ¿Y si era verdad? Lincoln besando a su propia hermana mayor, eso traería grandes cantidades de problemas. La latina haría cualquier cosa para estar con aquel chico de pelo blanco, así que comenzó a trazar un plan.

Como en todos los recreos, Clyde y la pandilla se reunía en una mesa y contaban lo que habían hecho el fin de semana. No era mucho ya que todos se vieron en la casa de Lincoln, pero éste último no se encontraba con ellos. Había venido al colegio pero no dirigió ninguna palabra. Lincoln se encontraba en el baño, mirándose al espejo pensativamente. Los doce días estaban por finalizar y tendría que hacer algo con aquella relación con Leni. La amaba tanto que no podía dejar de pensar en ella, solo que ni sus padres ni sus hermanas tolerarían esa prohibida relación. ¿Como le dices a tu familia de que amas a tu hermana y además dormías y lo hacías con ella? No había manera de que aceptaran. La respuesta a esa pregunta era obvia, y Lincoln al pensarla le dolía.

-Leni... -El chico soltó un suspiro.

Trató de ocultar su frustración y salió del baño, dirigiéndose a la cafetería. Le pareció extraño de que Ronnie Ann lo recibiera con un tortazo o con alguna intimidación al entrar ahí. Se dió cuenta de que ella no había venido a la escuela. ¿Que quería decirle a Lincoln antes de que se vaya de esa forma ayer por la noche? No le dio importancia a eso, además no vino a la escuela. Un punto a favor.

Doce días con ellaWhere stories live. Discover now