Aros

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El Sol radiante del mediodía llegó a su punto máximo en Royal Woods, trayendo una agradable temperatura cálida y reconfortante. Clyde se preguntó porqué Lincoln no había ido al colegio que también la pandilla de preguntó lo mismo. Ronnie Ann se sentó en un rincón, todavía shockeada por ver al chico besarse de esa manera con aquella chica misteriosa. Ella metió su mano en uno de sus bolillos y buscó un par de aros que había encontrado en una de aquellas prendas que tenían los maniquíes. Las puso sobre la mesa y comenzó a escribir lo que la profesora escribió en el pizarrón. De ves en cuando, se quedaba viendo esos aros.

Lincoln no pegó el ojo en toda la noche, los Santiago estaban a punto de descubrir la incestuosa relación que tenía con su hermana y por lo que vivió junto a ella en el sillón. Leni dormía tapada con una sábana que trajo el chico, y estaba apoyada en su pecho, durmiendo con una sonrisa sin dejar de abrazarlo. Era una mezcla de sentimientos, era un momento nuevo para el chico Loud. No sabía como reaccionar pero fue lo más maravilloso que le pasó en este punto de su vida. Él con sus dedos apartaba los mechones rubios que molestaban a Leni, haciéndola despertar. Ella soltó un gran suspiro al ver al ser que tanto ama, regalándole un beso de los buenos días. O mejor dicho, de las buenas tardes.

-¿Dormiste algo Linki? Te ves cansado.

-Un poquito Leni, no te preocupes. Son más de las doce. -Dijo Lincoln mirando el reloj.

-¿Enserio? Ni siquiera escuchamos la alarma. Ni fuimos al colegio.

-Papá y mamá nos perdonarán, seguro sabían que faltaríamos una vez.

-Lo de anoche... Fue... -Dijo ella con sus mejillas coloradas y acostándose encima del chico.

-Fue... Raro. Pero no voy a negar que fue hermoso. -Lincoln la abrazó por la cintura, haciendo que ella se riera. -Solo vamos a tener dolor de espalda, creo que teníamos que acostarnos en la cama.

-Yo dormí cómoda, usé tu brazo como almohada. -Dijo ella acercándose lentamente a Lincoln.

-Si lo sé. -Dijo él sintiendo su brazo un poco adormecido. -Pero no me importa, tengo el otro.

Leni rió por ello. -Te amo Lincoln.

-Y yo a ti.

Ella comenzó a besarlo tomándolo del rostro y el la acercó más. Leni bajó hasta el cuello, haciendo otro chupón y Lincoln ladeó su cabeza para que su amada hermana tenga más lugar. Se abrazaron tiernamente para luego seguir con pequeños besos y las horas pasaban.

La hora de la escuela terminó y como era viernes, los chicos gritaron de alegría. Organizaban planes para el fin de semana y salidas. Liam propuso de visitar a Lincoln pero Clyde recomendó preguntar primero, la pandilla aceptó la oferta. Ronnie Ann pasaba entre la multitud, observando esos aros que tenía en su mano. Solo tenía esa pista que la llevaría a la chica misteriosa. Ella regresó a su casa y fue directo a su cuarto, planeando su siguiente movimiento. Ronnie escuchó unos golpes detrás de la puerta.

-¿Puedo pasar?

-Entra Bobby. -Dijo ella. -¿Te acuerdas de esa ropa que saqué de los maniquíes?

-Ronnie...

-Bueno Bobby, encontré un par de aros en una de ellas que seguro son de esa chica que acompañó a Lincoln.

-Ronnie...

-Necesito que conduzcas hasta la casa de Lincoln y yo misma podré.

-¡Ronnie!

La nombrada dejó de hablar para quedarse viendo a su hermano que acabó callándola de un grito. La chica tardó unos momentos en reaccionar por eso, no esperaba esa respuesta de parte de Bobby. Dejó el par de aros en su cama y se levantó para quedar frente a frente con su hermano. Él cerró la puerta para estar en privado con ella.

Doce días con ellaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant