Agridulce

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Durmieron juntos, despertaron juntos. Se levantaron e hicieron las cosas sin separarse. Hoy vendría toda la familia Loud y aunque duela, Lincoln y Leni tendrían que soltarse. Esperaron en la puerta, abrazados sin despegar sus labios del uno con el otro. Leni contenía las lágrimas, lamentaba tener que apartar el amor que sentía por Lincoln y solo quedaría el cariño de hermanos. El albino aunque intentaba ser fuerte como su superhéroe favorito, sintió que su corazón se rompía en dos. Escucharon que un auto apagó el motor frente a la casa, luego se escucharon los gritos de las chicas Loud y la voz de Lynn padre calmándolas por todo el lío que hacían. Lincoln y Leni se vieron directamente a los ojos, sumergiéndose en la profundidad de ellos, luego de eso, se dieron un último beso. Abrieron la puerta y al mismo tiempo, se soltaron las manos.

.

La mañana fue tranquila, las hermanas Loud era el centro de atención en sus respectivos salones de estudio. Las chicas contaban sus anécdotas vividas en el viejo mundo, los lugares que habían visitado, lo que vieron y lo que compraron. Lincoln veía todo el espectáculo en el recreo, sentado comiendo un sándwich. En ese momento sintió que a su lado se sentó una persona.

-Hola Lincoln.

-¡Ah! Eres tú Ronnie Ann. Hola.

-Tu hermana Lynn me dio esto, es un llavero de París. Todavía no lo puedo creer, todas juntas en Europa. Ahora tu familia será mas conocida. -Dijo Ronnie riéndose.

-Seguro que si. -Contestó Lincoln de la misma forma.

-Oye... Lo del otro dia... Lo siento mucho.

-No menciones más eso Ronnie, ya pasó. Cambiando de tema: ¿Te parece si después de la escuela vamos a los videojuegos?

-Me parece bien, trae a Clyde, quiero darles una paliza en el arcade.

-¿Eso piensas? Estás hablando con un profesional de los pixeles.

Clyde podía ver desde lejos a Lincoln y Ronnie riendo juntos, como si lo que sucedió hace unos días no pasó. Al moreno le alegraba ver a su amigo sin problemas que lo atemoricen solo que le notaba algo extraño, como en aquellos días que estaba deprimido. Las razones eran obvias, le costaba mucho olvidar a Leni a pesar de que sea su hermana y la viera todos los dias en la misma casa. Clyde quería decirle algo pero no era el momento adecuado, después de la escuela saldría junto con Lincoln y Ronnie Ann, enemigos y ahora amigos, a los videojuegos. Y no quería arruinar el día.

Después de una tarde con sus amigos, Lincoln regresó a su casa. Aunque hayan pasado ya casi una semana de esas fantásticas vacaciones por Europa, toda la familia seguía eufórica. Las hermanas seguían contando sus aventuras por el viejo mundo al igual que Rita y Lynn padre hasta en la noche mientras comían un par de pizzas que habían encargado. Ya era hora de dormir y todos fueron a cambiarse de ropa y cepillarse los dientes. En uno de esos trayectos, Lincoln se topó con Leni, quedándose frente a frente. Sus miradas eran las mismas que en aquel lento que bailaron en la fiesta, deseándose mutuamente. No había nadie en el segundo piso de la casa, solo ellos dos. La chica avanzó unos pasos como queriendo decirle algo muy importante, solo que se detuvo al escuchar la puerta del baño abriéndose.

-El baño ya está listo Leni... ¿Que hacen? -Preguntó Lori sin dejar el celular.

-... Le preguntaba a Lincoln si me quedó un poco de comida en los dientes.

-Y no, no tiene nada. -Dijo Lincoln ayudando a su hermana.

-Con el cepillo te quitarás todo. Apúrate Leni o alguien te quitará tu lugar. -Decía Lori metiéndose en su cuarto.

Sin decir nada, Leni avanzó al baño. Lincoln solo se quedó quieto en el medio del pasillo, soltando un suspiro con solo pensar en su amada hermana.

Doce días con ellaWhere stories live. Discover now