04: Piel y escamas

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 —Espera, te daré ropa—. El chico se tapó los ojos para respetar la privacidad del otro presente. Se dirigió a su baúl y buscó algunas prendas, luego se las lanzó y salió del cuarto.  

¿Qué pasaba? Nada de eso tenía sentido ni para uno, ni para el otro. Doyoung hacía miles de especulaciones, creando teorías, entrelazando datos pero no podía formular algo a ciencia cierta. De repente, un ruido proveniente del interior de la habitación llamó su atención. Entró sin pensarlo y se topó con un chico tirado en el suelo, con ojos lagrimosos.

 —Intenté ponerme esto pero sé—JungWoo lloraba silenciosamente, con la cara roja. Todo esto era demasiado nuevo para él, sin saber siquiera como caminar o qué hacer con sus brazos y piernas. Le frustraba cómo le había dolido excesivamente la caída o el no poder entender nuevas emociones que hacían que le dolieran la cabeza y el pecho, apenas y podía comprender cómo hablar.  

—Es mi culpa, debí suponer que no sabrías hacerlo— el otro chico percibió la desesperación de su amigo y se sintió con el corazón en la mano, al mirarlo llorar y que no entendiera su entorno, se volvió algo que Doyoung no quería repetir jamás  —.Ven, te ayudaré— se acercó con confianza, tomó la mano de JungWoo y lo levantó gentilmente.


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—Doyoung, quiero regresar a mi forma— JungWoo hablaba sumamente despacio y arrastrando las palabras por no estar seguro si utilizaba las correctas, solo tenía conocimiento de las que había escuchado pronunciar a su amigo durante el tiempo que estuvieron juntos, fue realmente conveniente que las retuviera y aprendiera a comunicarse aunque sea un poco—No me gusta esto.

—Perdón, no tengo idea de qué ha sucedido y no sé cómo hacer que vuelvas a ser dragón—  se disculpó sinceramente. Este había cocinado y se encontraba dándole porciones de comida a su amigo directo a la boca, porque no logró utilizar los cubiertos por más que lo intentara —.Comamos y vamos a tu cueva, allí resolveremos algunas cosas.  

 —Tampoco quiero ir allá— Parecía que JungWoo al oír eso estuviera punto de llorar. 

Quién diría que una criatura tan temible, donde en libros la describen como una fiera sin piedad, poderosa y valiente, resultara alguien tan tímido y sentimental. Doyoung pensó que probablemente fuera por el cambio abrupto y se acostumbraría con el tiempo, mientras tanto, cuidaría arduamente de él, aunque eso, se lo había propuesto desde el día en que lo recogió.

From a shooting star ᵈᵒʷᵒᵒWhere stories live. Discover now