[03] dope.

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Josh giró para ver de quién se trataba.

No había nadie allí, frunció el ceño molesto ¿acaso era una maldita broma? Sólo estaban algunas personas esperando a ser atendidas en la guardia y un par de doctores yendo de aquí para allá, las enfermeras haciendo lo suyo tanto en la recepción como en los demás consultorios, todo parecía ir bastante normal.

― ¿Están delirando? ¿Qué vieron, un fantasma? ―divertido señala hacia aquella dirección. Laura parece confundida al igual que Brendon y Ryan.

¿Josh hablaba enserio? ¿De verdad no lo veía... ?

― Me confundí de persona ―miente el azabache, con una risa nerviosa.

― ¿Estas seguro? ―Josh volteó para mirarlo―. Bueno, no se que vieron ustedes pero necesitamos llevar las cosas a la sala de los mocosos.

― Josh ―Laura lo miró mal.

― ¿Qué? ugh perdón la costumbre, llevar las cosas a la sala de los niños, los angelitos, los regalitos de Dios. Como sea ―se encogió de hombros yendo hacia internacion infantil.

― Siganlo ―susurró Laura a los dos muchachos. Ellos asintieron y Brendon tomó la caja con los disfraces, si, porque habían preparado una especie de obra a escondidas de Josh, obviamente, si se lo comentaban probablemente el baterista siquiera estaría presente esa mañana en un lúgubre hospital.

Brendon comenzó a preocuparse por su amigo, estaba segurísimo que vio esa silueta familiar detrás de ellos, y estaba allí hablando con unas enfermeras. Laura también lo vió, por eso se alarmó tanto en que Josh no lo viera, era extraño... o simplemente el efecto de la droga le estaba afectando fuerte.

El castaño silvaba mientras caminaba por los pasillos, algunas enfermeras jóvenes giraban a verlo, a Brendon y Ryan también, curiosas de quienes se trataban, la mayoría en el hospital se habían enterado de la noticia, y no dudarían en pasar un rato por la sala de internacion infantil, para ver a sus niños divertirse un rato.

Llegaron finalmente a la sala, decorada con globos de colores, la mesa repleta de aperitivos hechos por Laura, el vocalista se encargaba de los instrumentos, que fueron entregados a cada niño con ayuda de las enfermeras. Ver la cara de felicidad de los niños, curiosos por aprender a tocar los instrumentos derretian el corazón de los profesionales presentes.

Josh sonríe y observa a su alrededor, hace tiempo que no sentía esa pequeña felicidad en el pecho, podría hacerlo más seguido... pero su estabilidad emocional era una montaña rusa, porque tenía días y días, a veces quería salir a divertirse y otras veces sólo quería quedarse en su casa drogandose con Jesse, si, con Rutherford, después de todas sus diferencias pocas veces se juntaban, crearon un vínculo que se basaba en encontrarse en fiestas y se la pasaban fumando, bebiendo y hablando de lo que sea.

― ¿Quieres uno? ―le dijo Ryan escupiendo mientras comía un sándwich de jamón y queso. Con la otra mano cargaba la guitarra, Josh negó y este se fue hacia unos niños que esperaban aprender mucho el día de hoy.

― Disculpa... ¿hola? ―una voz aguda resonó detrás del castaño, sintió un tirón en su camiseta y giró para encontrarse con un niño de más o menos siete años.

― Eh mocoso ―dice con una pequeña sonrisa. El niño levanta la vista ante la estatura de Josh― ¿Que quieres?

― ¿Tu tocas la batería? ―pregunta con ojos curiosos.

― Sí, sí ¿por qué?

― ¿Me enseñas?

Josh observó detenidamente al pequeño, no vestía la típica ropa de hospital y a simple vista lucía sano. Su cabello es castaño, tiene la tez blanca y sus ojos le resultan bastante familiares... como si ya lo hubiera visto antes, pero no sabe dónde.

• i hate him • [joshler] pt. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora