[08] blind.

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Apoyé mi codo sobre la mesa y descanse la cabeza en mi mano, mientras Brendon hablaba de lo bien que se la pasó con su prometida, sinceramente me importaba una mierda así que no lo estaba escuchando. Mientras Ryan deboraba un sándwich de salame con queso, Hayley estaba preparando un par de tragos para la clientela, era muy hábil para tener apenas dieciocho, sus tragos eran una cosa para morirse, nadie los hacia como ella, creo que esa era una de las razones del por qué el bar se llenaba todas las noches, sea lunes o viernes, la repercusión que daba el lugar era impresionante y los dueños estaban más que satisfechos llenandose los bolsillos de dinero.

Quedaban dos días para tocar en The Basement y nos la pasábamos practicando todos los días por la tarde, y a veces por la noche cuando los tres de la banda estábamos disponibles, era la segunda vez que tocábamos allí, la primera no nos fue tan bien. Hayley tampoco perdía la oportunidad de venir a vernos después de clases, la buena onda de la chica se transmitía a los ensayos y sonreíamos en vez de matarnos a golpes como solíamos hacerlo.

Los ensayos lograban despejarme de los constantes pensamientos en mi cabeza desde lo que sucedió aquella noche en ese lujoso salón.

Tyler tiene un hermano.

Un puto hermano del cual jamás supe de su existencia hasta ahora, cuando me lo dijo no supe que decirle, aguanté las ganas de golpearlo de nuevo y lo último que recuerdo de esa noche fue que fui llorando a casa de Brendon, lo demás se volvió borroso.

― Cambia esa cara de culo ―Hayley corta un par de limas para agregar al trago que esta haciendo, y me riñe con un cuchillo bien afilado en su mano derecha―. Has estado así desde que apoyaste tu culo en la silla.

― No me jodas.

― ¿Sigues así por lo de Tyler? ―pregunta Brendon, aunque la respuesta era más que obvia. La muchacha abre la boca sorprendida, y yo sólo me encojo de hombros.

― ¡Ustedes no me cuentan nada! ―replico Hayley molesta, joder, tenía sus razones pero simplemente yo no podía andar por la vida contándole a todo el mundo mis problemas, ella es nuestra amiga pero algunos temas decidimos que lo mejor es hacer un paréntesis, tampoco es que se terminara el maldito mundo por no mantenerla al tanto de mi situación actual. A veces hasta podía sonar irritante, no me generaba tanta confianza contarle los detalles exactos, podía ser un tozudo con estos temas de vez en cuando.

― ¿Cómo quieres que esté? ―ataqué ignorando a Hayley―. Me ocultó que tenía un hermano y que su madre volvió con el idiota que se cagó en mi madre y en mí. ¡No me sorprendería que ahora me dijera que tiene un hermano gemelo o un hijo!

― ¿Y Nicholas? ―saltó al tema Ryan, la chica detrás de la barra parecía más confundida aún, no dejaba de prestarnos atención a lo que decíamos.

― Nicholas es el sobrino ―sentencié no muy seguro, o lo dije simplemente porque no quería aceptar de que Tyler tiene un hijo. Un pequeño Joseph, esto es peor que esas novelas que solía ver mamá después del almuerzo, echada en el sofá con el control remoto en la mano y con algo de comer a su lado.

― ¿Por qué estás tan seguro? ¿Él te lo dijo?

― Intuición ―añadió Hayley sin entender mucho del tema, a lo que mis amigos rieron y Ryan casi se atraganta con el sándwich que aún estaba comiendo, era una ridiculez eso de la intuición.

― Sólo lo sé, y dejemos de hablar de él antes que me den ganas de meterme otro saque de...-

― Ni se te ocurra ―me interrumpe Brendon.

Por un momento dejamos el tema Joseph de lado para organizar la presentación del viernes, tratamos de incluir las canciones que más popularidad ganó en la plataforma de soundcloud, muchos jefes de las discográficas más importantes estarán presentes esa noche, debemos de darlo todo para finalmente cumplir lo que más deseamos desde la maldita preparatoria. Hayley nos sirve otra ronda de tragos no muy fuertes, los chicos dicen que les agrada mucho más el Josh sobrio, yo creo que es un tonto y se preocupa demasiado por cosas absurdas, en cambio el Josh ebrio y sobretodo colocado no piensa, sólo actúa y sinceramente me quedo con él.

El borrador mágico de la libreta de Brendon es guardado en el bolso que trae consigo, su atención ahora está puesta en la figura femenina de Sarah que ha entrado con una sonrisa y aquella sonrisa se ensancha aún más al ver a su prometido. Unos putos empalagosos, me doy la vuelta para recoger mi chaqueta porque la hora de la reunión terminó y es hora de la cena, me despido de Ryan y Hayley que no parecen abandonar el pequeño bar todavía.

🌻

Es imposible no recordar esa mirada suave y esos labios ahora prohibidos, como su cuerpo se señía a la perfección en ese traje negro, me lo imagino con una bata de doctor y dejo volar la imaginación. Sería hipócrita de mi parte decir que la presencia de Tyler no me ha revuelto el estómago, tanto para bien como para mal, no se si mis sentimientos sean los mismos pero esa vez que lo vi mi corazón se detuvo por un segundo y todo se derrumbó cuando noté que ahora estaba acompañado de una mujer.

No es fácil volver a ver a una persona que amaste tanto en el pasado, porque estaba seguro desde que lo hicimos por primera vez, yo lo amaba, yo todavía lo amo. No podía ser verdad que todo para él sólo fue un simple amor pasajero, eso era lo que Tyler quería creer, lo que le hicieron creer desde que me lo arrebataron de los brazos. Chris pagará muy caro por lo que hizo, y apenas lo vea no dudaré ni un segundo en darle una buena golpiza que me vengo aguantando hace años.

Dejo de lamentarme por cosas del pasado y me tiro un eructo, mamá me mira molesta y asqueada mientras recoge los platos para colocarlos en el fregadero. El pastel de carne le salió más exquisito de lo normal, o sólo era yo quien tenía mucha hambre, no solía comer tanto y si lo hacía comia muy poco, era consciente de que eso era uno de los efectos de... lo que sea que consumo, pero me daba igual.

― ¿Como van los ensayos? ―ah, mamá tan dulce como siempre preguntando por mi asquerosa banda. Le sonreí a medias mientras me servía un poco de jugo de naranja y mango.

― Bien, de hecho este viernes es el gran día. Le echamos ganas a los ensayos está vez, Ryan no se la pasó rascándose los huevos.

― Ese eres tú.

― Y tienes razón ―cargué el vaso lleno del jugo y me paré dirigiéndome a mi habitación pero la voz de mamá me interrumpió.

― ¿Podrías acompañarme al hospital mañana?

Golpe bajo. Me giré algo confundido para mirarla.

― ¿Ah? ¿Para qué? tu sabes que odio a los moscosos, no me pidas que...-

― ¡No, no! no es eso ―ella río―. Necesito llevar unas cajas para la caridad, estuve limpiando el garaje y encontré demasiados juguetes.

― ¡¿Mis juguetes?!

― ¡Pero si ya no los utilizas!

¿Esta mujer pretende regalar los juguetes de mí infancia? como esa pizarra que jamás se pudo borrar el "puto" que escribí o el juego de los monitos en un árbol que colgaban de una varita, no recuerdo muy bien. Su cara rogaba porque aceptara regalar esos juguetes que marcaron mi infancia, tiene tan buen corazón, y si, logró ablandar un poco mi corazón hecho mierda, así que besé su frente, la abracé y terminé por aceptar.

Al menos ahora tenía una excusa para darle una pequeña visita al Doctor Joseph. 


• i hate him • [joshler] pt. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora