Papá. »Ruggarol

U n o

  «Febrero 2020»  

Pequeños destellos de verano se asoman aún en el cielo de Buenos Aires, y mi hijo y yo decidimos pasar el día en casa de mi madre, lo veo correr riendo y no puedo evitar notar como sus paletas sobresalen entre el resto de sus pequeños dientes. No podía tener las orejas de su padre, no, tenían que ser justo sus paletas excesivamente notorias.

Nunca volví a ver a Ruggero, se acerca de su carrera, de su vida. Está "prometido" con Candelaria, luce feliz, o no. No me interesa. Sé que tiene una hija y se llama Camila, y cuando lo supe lloré por tres días seguidos, más o menos.

Había aceptado a Camila, había estado en cada parte del embarazo de Cande, ¿cambiaría los pañales de Camila? ¿Lloraría cuando ella llora? ¿Recordaría sus horarios de comida? Pienso en cada vez que soñé cuan distinto sería todo si él hubiera estado en la vida de Nick.

Pero no estaba, y entonces no me importaba.

Mi madre había ido a preparar la merienda, pero lejos de volver con la merienda, volvió corriendo muy exaltada.

— ¡KAROL! ¡OLVIDÉ DECIRTE!

— ¿Qué pasó mamá? 

— ¡Tienes un casting! — Exclamó.

— ¿Qué? ¿Cuando?

— ¡Mañana!

— ¿Y te acuerdas ahora?

— Pues acabo de decirte que se me olvidó. — No pude evitar reír. — De hecho, es un casting de a dos.

La miré confundida.

— Quieren que actúes con Nick, es una de esas películas de madres adolescentes y quieren a alguien que como que lo haya vivido, y a la vez que sea alguien que haya marcado la vida de muchas adolescentes.

— Si me quieren justamente a mi no es un casting...

— Si, bueno, también hay otras opciones. Si no te ves en el papel actuará otra chica con cualquier niño, pero Karol, no haz hecho una película nunca. Es una gran oportunidad.

— Lo se, pero no sé si quiero que Nick esté en eso.

— Ve, si le gusta, pueden hacerlo, y si no continuarás con tu música.

¿Nick actuando? ¿Cómo sería eso?

Ponerlo bajo el foco despertaría otra vez las dudas de su paternidad; siempre tuve una respuesta muy sencilla para esa pregunta: No lo sé. Me encogía de hombros y reía. Disney me despidió luego de la primera vez que respondí eso. 

¿Alguien notaría ese tormentoso parecido entre Ruggero y Nick?

(...)

— Nick, tenemos que hablar. — Le dije por la noche.

— ¿Qué paza mami?

— ¿Viste que a veces vemos una serie que mamá juega a ser otra chica? — El asintió con la cabeza. — Bueno, nos invitaron a que vayamos, nosotros dos, a que juguemos a ser otras personas. — Sus ojos se abrieron mucho.

—¿Loz doz?

— Si, amor. Pero si no quieres no.

— Zi, quieo.

Sonreí y me imaginé esa situación, ¿un niño de dos años actuando? Sería una locura. Pero sabía que podía porque, quisiera o no, lo tenía en la sangre.

(...)

— ¡Karol! - Exclamó Jorge al verme y sus ojos se dirigieron a Nick. — Me muero, es una belleza.