- he forgot.

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Jimin corría con todas sus fuerzas, más de las que alguna vez pensó tener. Estaba agotado, al borde del llanto; pues la desesperación, el cansancio y el deseo de que el mundo volviese a ser como antes estaban cada vez más presentes. Era increíble cómo de un momento a otro todo era un maldito caos, y él comprendió que nunca fue imposible, sino inevitable.

Quería parar y dejar que los zombies se alimentasen de él, qué más daba ya, en algún momento pasaría, ¿no? Así como en algún momento pasaría lo que estaba ocurriendo ahora, todo era una jugada tramposa, perversa y sucia del malnacido destino.

Pero había solo una cosa que lo mantenía corriendo a por su supervivencia, o bueno, mejor dicho; habían tres cosas.

«Jungkook, Jin y... Yoongi: ustedes me mantienen con vida en este mundo ahora miserable»

Eran lo único palpable que tenía ahora, quién podía asegurarle que sus padres seguían aún vivos o que su hermano estaba a salvo.

Jimin corría pero sus piernas pedían que se detuviese, al igual que su mente. Su exhausto sentido le pedía con insistencia un respiro, la falta de oxígeno palidecía la tez del joven, a pesar de que pudiera costarle la vida.

Corrió más y más, logrando dar con una puerta entreabierta. Entró y la cerró de un portazo detrás de él. Inmediatamente se acercó a la mesa más cercana para bloquear la puerta con la misma. El vivo color tomaba posesión de sus acaloradas mejillas y rostro en general. Sus pulmones se expandieron como nunca antes, y abrazaron desesperados al aire entrante.

—¡Jimin!— gritó su nombre, aliviado de verle de nuevo.

[...]

—¡Yongsun! Abre la ventana y huye— ordenó Jungkook.

—Pero...

—Tranquila, iré detrás de ti— Jungkook empujaba abatido el mueble contra la puerta que no tardaría en caer. Sus músculos dolían, sus nudillos se pintaron de blanco y su respiración cada vez se alimentaba de menor cantidad de oxígeno, siendo más constante.

Yongsun miró aterrada la ventana y la abrió lentamente, tenía miedo; por ella y por Jungkook. ¿En qué pensaba Jungkook? ¿Genuinamente creía en salir bien de esta? Odiaba desconfiar de él, pero ni él podía asegurar nada.

Asomó su cabeza por la ventana y notó la barda delgada en la que podría caminar hasta la siguiente ventana. No era muy largo el camino, pero tomando en cuenta que estaban en un tercer piso, el trayecto era de mucho cuidado. Ya no había tiempo ni fuerzas -por parte de Jeon- que perder.

La chica dio una última mirada a Jungkook, quien aún forcejeaba, y se dispuso a salir. Un pie y luego el otro.

—¡Yongsun, no mires abajo!— enorme error, Jeon Jungkook.

Yong inevitablemente miró adónde iría a parar si daba un mal paso, eso la hizo marear y pensar en las probabilidades de caer o salir viva de esta. Ciertamente, como aquellos relatos cercanos a la muerte que narran fervientemente, su vida y los últimos días en el campamento pasaron frente a sus ojos, mostrándose como un rápido y nostálgico filme.

El camino parecía eterno, daba pasos muy pequeños y su pecho subía y bajaba gracias a la tensión del momento. En su mente seguía repitiéndose una y otra vez que no debía mirar hacia abajo, se negaba a hacerlo por más que sus ojos curioseaban de reojo el tan cercano y lejano suelo.

—¡Argh!

—¿¡Jungkook!?

Lo próximo que Yongsun pudo oír eran vidrios rompiéndose; un cuerpo había sido lanzado fuera de la oficina y ahora caía al pronto vacío.

𝖅𝖔𝖒𝖇𝖎𝖊𝖑𝖆𝖓𝖉》 𝔍𝔢𝔬𝔫 𝔍𝔲𝔫𝔤𝔨𝔬𝔬𝔨 Where stories live. Discover now