- the warning.

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El insomnio espeso en el ambiente privaba a la joven a soñar con lo ocurrido esa noche. Las preguntas rondaban y resonaban tal cual mosquito enfadoso en verano.

Harta de la confusión y el revoltijo de emociones, decidió decretar lo siguiente: «Todo a su tiempo y el tiempo para todo. Sin presiones. Jungkook estaba notoriamente nervioso, no puedo hacer mucho después de saber lo delicado que es el tema para él»

Y tenía razón, haber decidido esperar era lo mejor y lo único que podía hacer ahora. El enjambre que revoloteaba en su estómago no dejaba de recordarle lo que sintió al presenciar el tacto calórico de Jungkook. Parecía un irreal e imposible sueño.

—¡Namjoon!— gritó al aparato frente a ella en un susurro poco moderado—No me creerás lo que sucedió.

Todo fue, con lujo de detalle, expresado hacia su mejor amigo que juró no soltar nada a nadie. Su charla le había brindado bienestar y claridad a ese remolino imparable de pensamientos.

Más tarde, Jungkook y Yongsun se encontraron y al verse no dudaron en sonrojarse de una manera tierna y digna de una teen movie.

—Buenos días, Yongsun.

—Buenos días, Jungkook.

Aquella timidez les causaba gracia y la imagen cohibida del otro enternecían sus corazones mutuamente.

Con el paso del día la comodidad volvió a juntarlos como anoche, sin embargo, ambos pensaban que era muy rápido como para mostrarlo al ojo público. Eso sin mencionar que el club de fans de Jeon Jungkook irían en turba a asesinar a Yongsun. Lo cual fue broma entre ellos dos, un pequeño chiste local amoroso que tenían.

—Harían una junta de firmas para sacarme de Corea— burló Sun, con un fingido escalofrío dorsal. Jungkook no tardó en reír, dejando marcadas arrugas en su nariz y al costado de sus ojos.

—Seguramente durante la noche entrarían a tu habitación y te sacarían al bosque con todo y colchón— continuó.

Todo había sido magnífico, Yongsun ahora podía confirmar que sus alucinaciones pasadas no eran nada a comparación de sus experiencias vividas en carne y hueso junto a Jeon.

—¿Quieres oír algo gracioso?

—Adelante— animó Kook.

—Yo fuí una fanática loca tuya también— confesó cubriendo su rostro entre manos, como si de el pecado más penoso se estuviese tratando.

—Ya lo sabía— su tono decía que no era nada nuevo para sus oídos, que era bien sabido.

—¿¡Qué!?— la impresión la hizo mirarlo con su ceja elevada y con miles de signos de interrogación alrededor de ella.

Jungkook rio grave, negando con su cabeza —Quiero decir, lo supe cuando nos conocimos— aclaró —Pero, oye, ¿cómo que eras una fanática mía? ¿Ya no lo eres más?— la chica se sorprendía por la osadía de su voz, ¿cómo ese era el mismo sujeto que tuvo un ataque al querer pronunciar una declaración amorosa? No lo terminaba de entender. Tenía mucho que conocer de esa caja llena de sorpresas.

—¡No me hagas esto, Jeon Jungkook!— chillo después de no saber qué responder, parecía que a él le encantaba jugar con su mentecita y su orgullo.

Jeon parecía no cansarse de soltar carcajadas, producto de las cómicas reacciones ingenuas de ella —Descuida, no tienes que decirlo si no quieres, sé que eres la fan número uno— un guiño fue el cierre de oro de su ostentosa frase.

—Ya cierra la boca— mandó a callar después de ocultar su rostro en la chamarra oversized que traía puesta el pelinegro. Jeon reía y daba unas caricias tranquilizadoras en su corto y revuelto cabello, indicando que no debía apenarse.

𝖅𝖔𝖒𝖇𝖎𝖊𝖑𝖆𝖓𝖉》 𝔍𝔢𝔬𝔫 𝔍𝔲𝔫𝔤𝔨𝔬𝔬𝔨 Where stories live. Discover now