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— Por supuesto que eres tú, entra hermano.

Eres un completo estúpido, ojalá esa cosa te muerda por ilusionarme.

Dejen que les explique qué ocurrió. Thor se acercó a la ventana para cerrar las cortinas, y se encontró con una víbora, se nombra a esta especie "lora", y al parecer mide unos treinta centímetros; bastante bonita, parece inofensiva pero en realidad es venenosa. Aunque claro, nada que pueda acabar con el dios del trueno.
Sí, él le abrió la ventana para que ella entrara; Thor se ve muy feliz, realmente está creyendo que soy yo.

— Bienvenido a casa, hermano. Todo estará bien ahora, no tienes que preocuparte por nada, no me importa si volviste a fingir tu muerte, estoy feliz de que estés aquí, ¿lo entiendes? No estoy enojado, Loki.


¿Podrías callarte? Tonto, mil veces tonto. No te atrevas a alzar a esa cosa, no soy yo. Thor, basta, no la cargues, no quiero que la tomes.

Auch, hermano.

Ni siquiera te atrevas a enojarte, te advertí que no la tocaras pero siempre haces lo que te da la gana, ahora te jodes.

— Loki, escuchame.

Thor, volverá a morderte.

— No tienes que morderme, estás seguro conmigo, ¿de acuerdo? Yo estoy aquí para cuidarte, entiendo si no quieres mostrar tu verdadera forma aún, yo espero hasta que estés listo.

Detengan todo, ¿en serio esa víbora acaba de permitir que Thor la cargue, y ahora está aceptando gustosa sus caricias?

— Eso es, cariño; estás a salvo.


Hermano, no hagas eso, no vuelvas a darle un beso.
Esto se volvió malditamente más complicado, ¿cómo se supone que va a aceptar mi muerte si le entrega cariños a una víbora y ella se los acepta? Cielo, no puedes ilusionarte.

— ¿Estás hambriento, Loki? Vayamos a desayunar, ¿qué quieres comer? No importa, pediré que sirvan muchos alimentos.

Oh bueno, tal vez no fue tan malo que vinieras, usurpadora.

Misión: Guiar al reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora