15. Meraki

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No supo si estaba jugando o si hablaba en serio, no conocía lo suficiente a Zico como para tener referencias de su conducta; simplemente decidió no creerle. Se limitó a terminar de limpiar el baño hasta dejar los pisos tan relucientes que le podrían servir de espejo. Al levantarse, el dolor muscular del esfuerzo físico innecesario por tanto tiempo lo atacó, bostezando, de camino a su habitación hizo una parada al cuarto de lavado para guardar todos los artículos de limpieza en su sitio, no olvidando que debía preparar su cena, tal vez pediría algo a domicilio, estaba de humor para algo de Dak-galbi siempre sería una buena opción.

El timbre lo tomó por sorpresa pero decidió no interrumpir su bien merecida ducha para ir a abrirle a sus compañeros de grupo. Una vez más, pensó que probablemente se habían olvidado de las llaves; Pero daba igual, ellos se habían ido sin él y este era su momento de relajación, alguno debía traer las llaves consigo. Eran seis personas, por Dios.

Para la quinta vez que tocaron el timbre, suspiró en rendición, pensando que seguramente eran sus impacientes maknaes los que estaban afuera y después de enjuagarse bajo el agua, decidió enredar una toalla en su cintura para permitirles entrar de una vez; casi terminó en el suelo al resbalarse con las gotas que caían de su cabello mojado aunque logró mantener el equilibrio de una forma casi nada embarazosa, con toda la dignidad del mundo que le quedaba, abrió la puerta; arrepintiéndose al instante de no haberse detenido a mirar quién demonios era.

Zico le observaba detalladamente recargando un hombro sobre la pared, sosteniendo un par de bolsas en la mano, Jin parpadeó en silencio, conectando los puntos de su cerebro confundido.

-Umm...

Ni siquiera lo dejó comenzar una oración, sus ojos se abrieron al sentir el calor abrasador se su sangre subiendo a sus mejillas.

Estaba. Semi. Desnudo. Mierda.

Su primera reacción lógica fue cerrar la puerta en el rostro del peliazul y salir prácticamente corriendo hacia su habitación para vestirse con algo decente, maldiciendo en toda la travesía no haber si quiera mirado quién era. Pero es que era coherente pensar que Ji-Ho estaba bromeando cuando dijo que le haría una visita nocturna. No podía creerlo.

Llegó a la entrada una vez más en tiempo récord y su mano se detuvo frente al picaporte, indeciso y muy avergonzado, no sabía cómo vería a la cara al rapero que estaba del otro lado, es decir, ambos eran hombres, pero las únicas personas que lo habían visto así eran sus compañeros de grupo y si acaso, parte de su staff. Tocaron suavemente una vez más y pegó un pequeño brinco.

Recibió al chico con una mirada apenada, la única reacción de este fue darle una sonrisa divertida y altanera.

-Para serte sincero, pensé que no volverías a abrir, lechita de fresa - rió - creí que debería dejar esto en la puerta e irme - levantó el par de bolsas en su mano izquierda.- Cuando te fuiste y cerraste la puerta.

Jin le sonrió algo tenso -Lo siento...- dijo bajito - me sorprendiste.

-¿Llegué demasiado temprano?- miró su reloj de muñeca, confundido.

-Realmente no esperaba que vinieras, hyung.- eso lo hizo sonreír de lado.

-Te dije que lo haría, no podía estar seguro de que te alimentarías si no. - sonaba como si fuera una razón perfectamente lógica contra la que Jin no podría debatir, así que simplemente se quedaron mirando unos segundos hasta que reaccionó.

-Amm... Claro.. Sí, ah... ¿quieres pasar?- se movió sosteniendo la puerta para permitirle la entrada, sólo podía seguir sintiéndose más y más tonto, ¿qué estaría pensando Ji-Ho de él en estos momentos?

Affection [JimSu] [YoonMin]Where stories live. Discover now