No huyas *1*

"GIMNASIO"

Salgo de casa vestida con ropa de deporte y cuando cierro la puerta escucho una voz a mis espaldas.

- ¿Estas mejor?

Me giro sorprendida al encontrarme a Stephen frente la puerta del apartamento de al lado. Le miro confundida y sin entender que hace un supuesto modelo en un apartamento.

- Vivo aquí... me mudé ayer y me viste con Mike cuando saliste a acallar a los de al lado.

Sonrío

- Cierto... bienvenido en ese caso.

Voy a irme pero su voz vuelve a pararme.

- ¿Vas a ir al gimnasio?

Asiento

- ¿Me esperas? Estoy mirando uno cerca, pero no me convence ninguno... ¿Puedo acompañarte?

Asiento y espero a que entre en su apartamento y se cambie. Me impresiona el rostro neutro y serio de este chico... de momento no lo he visto sonreír... solo le he visto mirar a todos con superioridad.

Cuando sale, le veo salir con unos pantalones largos de deporte y una sudadera. Nos dirigimos al ascensor y bajamos. Le guío hasta mi gimnasio... aunque el trayecto es bastante incomodo.

En cuanto llegamos allí, todos me saludan y se alegran de verme, les sonrío a todos y dejo a Stephen con el recepcionista para que le informe de lo que puede ofrecerle.

Entro en el vestuario de las mujeres, me saco la sudadera, me hago una coleta y salgo para empezar mis ciclos de entreno. Empiezo haciendo cinta para calentar el cuerpo. Me pongo los auriculares y empiezo a correr a buen ritmo.

Cuando acabo de correr me dirijo a la zona de boxeo. Miro uno de los sacos con cierta añoranza. Unos brazos se colocan en mi cintura justo en ese momento. Me giro para encontrarme con Jason... suspiro y aparto sus manos de mi cintura.

- Que quieres

Jason me mira ofendido

- Solo quería hablar un poco con una chica guapa que ha venido a la zona de boxeo...

Ruedo los ojos y me dispongo a irme cuando escucho sus tentadoras palabras.

- ¿Peleas conmigo?

Los de nuestro alrededor han parado de hacer lo que estaban haciendo para observar la escena. Me giro hacia Jason quien me mira con una sonrisa socarrona en el rostro. Aprieto los puños y justo me doy cuenta de que unos ojos inexpresivos me miran a lo lejos. Stephen me está mirando con los brazos cruzados a la espera de presenciar lo que sucederá.

Aprieto los puños y sonrío.

- No creo que sea rival para alguien para ti... lo siento.

Me giro dándole la espalda cuando siento que Jason dirige su puño a mi cabeza para provocarme. Le agarro el brazo y lo lanzo al suelo dejándolo inmóvil. Mi sonrisa no ha desaparecido, aún.

- Jason... no creo que quieras que te vuelva a mandar al hospital.

Noto a Jason tragar saliva. Le suelto y me dirijo a la zona de pesas, justo al lado de la de boxeo.

Vuelvo a ponerme los cascos y empiezo a hacer pesas siendo consciente de una mirada penetrante en mi nuca. Sigo trabajando como si nada hasta que noto que alguien me agarra la barra de pesas que estoy alzando y bajando. 

Abro los ojos y me sorprendo al ver a Stephen con una camisa de tirantes blanca, dejando ver todo su increíble cuerpo tatuado y los pantalones largos. Sus manos, también tatuadas, están junto a las mías, ayudándome a alzar las pesas... pero siempre mirando al frente.

- ¿Hace cuanto boxeas?

- Nunca he boxeado

- No mientas, lo de esta mañana en el comedor y lo de ahora me dicen cien por cien que has boxeado durante, podría decir, toda tu vida.

Miro hacia arriba y lo encuentro mirándome directamente a los ojos. Odio su mirada... es intimidante y tajante.

Dejo la pesa en su sitio y me incorporo. Suspiro y cojo mi toalla para secarme el sudor de la frente, los hombros y los brazos junto con las manos. Me levanto y le dedico una ultima mirada con mi sonrisa en los labios.

- Hasta mañana Stephen... espero haberte ayudado.

Salgo del gimnasio dejandole con miles de preguntas en la boca, pero sin ninguna respuesta para sus oídos.