No huyas *1*

"CON LAS MANOS EN LA MASA"

Entro por la puerta del edificio algo mosqueada, ya van varias veces que me encuentro una furgoneta negra a cierta distancia esperando o dando vueltas. Y no me gusta nada.

Paso por delante del apartamento de Stephen y lo escucho reírse... con quien se está riendo que no sea yo?

Lo dejo pasar y entro en mi apartamento dando un portazo. Hoy ha sido la peor mañana de mi vida, voy al gimnasio, me pongo con el saco a boxear y no se como ni porqué este acaba rompiéndose llenándome de arena.

Dejo las cosas en el suelo y me voy al baño para darme una buena ducha. Cuando salgo del baño en toalla me asusto al ver una figura musculosa sentada en el sofá.

- Tu santa madre Stephen, no me asustes así.

El nombrado se da la vuelta riéndose y me mira de arriba a abajo. En ese momento toda risa cesa y solo se levanta mientras se acerca a mi. Yo camino hacia atrás sin apartar la mirada en ningún momento.

Que cliché, ahora me encuentro entre la pared y su cuerpo. Le sonrío y decido preguntarle.

- Con quién reías?

Noto como se tensa y se aparta al instante. Raro.

Aprovecho para ir a mi cuarto y ponerme algo de ropa encima. Mientras me cambio pienso en que últimamente Stephen está actuando muy raro... Cuando salgo del cuarto, veo que está escribiendo algo en su teléfono. 

Me cruzo de brazos y le miro.

- Estas bien? Te noto raro

Stephen alza la mirada y me sonríe. 

- No preciosa, va todo bien, solo tengo que ir a trabajar. Nos vemos luego.

Se acerca y me da un beso en la frente mientras sale de mi apartamento.

- Trabajo mi culo... 

Cojo las llaves del coche y espero a ver a Stephen por el balcón. Lo veo subirse a su coche y esperar unos minutos. Aprovecho para salir del apartamento y bajar para coger mi segundo coche. Si, tengo uno para la universidad y otro para estos casos.

Subo y me coloco a dos coches de distancia del de Stephen. Lo sigo hasta la zona de almacenes abandonados... esto es raro... que demonios hace Stephen en los almacenes abandonados?

Aparco entre unos arbustos en el lateral de la carretera y decido ir andando. Veo a Stephen saludar a unos hombres y luego entrar en uno de los almacenes. Tengo el presentimiento que algo va a salir mal...

Consigo pasar desapercibida y entrar. Todo está a oscuras y solo puedo distinguir dos voces. Una es la de Stephen, y la otra, aunque se me haga conocida, no la reconozco...

Me acerco hasta la segunda planta, que es de donde vienen las voces. Me late el corazón a mil. Algo me dice que esto acabará mal... y no se si para mi, o para Stephen y quien sea que esté ahí dentro.

Decido no tener miedo y coloco mi mano en la manilla de la puerta, pero antes siquiera de que pueda abrirla por mi cuenta, esta se abre dejándome ver a un hombre trajeado cuyos ojos me se como la palma de mi mano.