No huyas *1*

"CASA DE TERROR"

Entro en la casa del terror junto a Stephen, ambos llevamos las manos enfundadas en alguna de nuestras prendas, el en sus pantalones, yo en mi chaqueta. Miro a todos lados menos hacia mi acompañante... ¿Porque demonios tengo una amiga que me pone en situaciones que odio?

Vamos andando por la casa mientras diferentes personas disfrazadas van apareciendo e intentan asustarnos... mala suerte, no me afectan las casas de terror. Salimos y para sorpresa mía, ambos bostezamos de aburrimiento.

- ¿Te apetece ir a la montaña rusa?

Miro a Stephen intentando descifrar sus intenciones... pero siempre me topo con su mirada indescifrable... que se le va a hacer.

- Hemos de esperar al resto

- No vendrán, me acaban de enviar un mensaje diciendo que se iban, que les habían invitado a una fiesta.

Le miro extrañada cuando recibo un mensaje en mi teléfono. Miro y veo que es Sabrina diciéndome que se encontraba mal y que uno de los chicos la ha acompañado a casa... en otras palabras, me ha dejado tirada con un modelo y boxeador que está para comérselo, a quien todas las tías están mirando furtivamente, y yo con cara de idiota... perfecto Karina.

Suspiro

- ¿Entonces vamos?

- Si no hay nada mejor que hacer...

Empezamos a andar hacia la montaña rusa, en silencio, mientras todas las chicas le miran y empiezan a grabar... me separo un poco de el, para que no me relacionen, pero de repente, siento como un brazo se pasa por mis hombros y soy acercada a un cuerpo trabajado y ajeno. 

Miro a Stephen sorprendida y algo sonrojada.

- Que...

- Así me ayudas a espantarlas...

Miro al frente e intento no pensar en que tengo a un dios griego tan cerca de mi.

Llegamos a la montaña rusa y esperamos a nuestro turno, frente a nosotros, un grupo de 3 chicos empiezan a mirarme y a reír por lo bajo mientras hablan entre ellos lo suficientemente alto para que los escuche. Me apoyo en la barandilla para intentar no enfadarme, pero lo unico que consigo es que tenga perfecto angulo para golpearles en la entrepierna. 

De repente, mi campo de visión se ve interrumpido por una camisa blanca que deja transparentar unos tatuajes y unos piercings en los pezones, y mi espacio se ve reducido por dos musculosos brazos.

- ¿Te molestan?

Alzo la mirada y me encuentro con sus ojos grises penetrantes.

- No

- ¿Entonces porque no paras de fulminarlos?

Sin darme cuenta le fulmino a el y puedo ver como las comisura de sus labios se alzan un poco.

Noto que se acerca hasta dejar sus labios junto a mi oreja.

- ¿Porque no dejas de fingir de una vez algo que no eres y me enseñas lo que realmente eres?

Voy a contestarle cuando nos dicen que debemos pasar para la atracción. Me muerdo la lengua y monto junto a Stephen en la montaña rusa. Al salir, una sonrisa asoma por mis labios, por fin un poco de diversión.

Miro la hora y veo que ya es tarde.

- Mejor irnos ya, mañana hemos de ir a la universidad, y no quiero dormirme.

Stephen asiente y nos dirigimos a la salida en busca de mi coche. Otra vez estamos en un silencio algo incomodo... solo que esta vez yo estoy pensando en lo que me ha dicho antes... me saca de quicio que la gente se meta en mi vida... mas aún si esa persona es alguien que no para de intimidarme.