1. El primo Jeff

800 49 156
                                    

🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪

Ashton era un hombre demasiado hablador, no paraba de rajar sobre sus negocios, importantes amigos, conocidos, reuniones a las que ya quería que le acompañara, etc.

—Sé que has tenido una mala vida, pequeño Jeff, pero eso se acabó, con nosotros serás muy feliz.

¿Feliz? Yo ya era feliz, ¿no ven la bonita sonrisa que siempre tengo en la cara?

—Ajá.—Murmuré con la cabeza apoyada en la ventanilla, menudo aburrimiento.

Mis dedos jugaban con la hoja afilada de mi cuchillo, en el interior del bolsillo de mi sudadera blanca.

—¿Por qué tienes tantos piercings?

Le miré con una ceja alzada sin cambiar mi postura.

—¿Por qué eres tan calvo?

Me recordaba al puto Slenderman.

—¡Ja,ja,ja,ja!—Sus carcajadas sonaban de lo más grotescas, se notaba que no le había hecho maldita gracia y tan solo quería esforzarse en caerme bien.

Si supiese que de igual forma voy a matarlo.

—Pues, querido sobrino, lamento decir que mi calvicie no es por placer, sino por herencia.

—Mis piercings también son por herencia.—Dije sin más.

Apreté la punta del cuchillo contra la yema de mi dedo índice, haciendo una pequeña incisión, necesitaba sentir el tacto de la sangre entre mis dedos cuando me ponía muy nervioso. Me relajaba.

—Bien, ya estamos llegando.

El cartel de ''Villalobos'' con letras negras sobre un fondo blanco me hizo bostezar.

''Bienvenido al pueblo del aburrimiento, Jeff''

Las casas eran normales, de colores apagados, en barrios separados de forma cuadriculada, las aceras estaban llenas de pequeños arbolitos, pude apreciar un bosque que iba bordeando el poblado, eso me agradaba, me gustaban los lugares oscuros y solitarios.

— Y bueno, ¿cuál es tu primera impresión?

—Una mierda.

Tragó saliva, mi sonrisa se ensanchó a lo largo de mi cara.

—Tranquilo, te irás acostumbrando, de verdad que estarás bien con nosotros.

—Yo siempre estoy bien con todo el mundo, son ellos los que están mal conmigo.

Mostró una expresión de tristeza.

—No te preocupes, nosotros no somos así.

Ya... eso habría que verlo.

El coche se detuvo frente a una casa de dos plantas, pintada en blanco y con el techo de madera. Junto a la puerta había un columpio, y una casa de árbol sobre un roble alto.

Sweet Killer #JeffTheKillerWhere stories live. Discover now