Capítulo 4: Un buen chico.

605 40 93
                                    


🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪


—No quiero, ya te he dicho que no.

''Pero mira lo que te hacen, te obligan a ir a esa mierda de sitio''

—Son mis juguetes, yo decido hasta donde aguantar.

''Ellos están ganando, Jeff, mátalos.''

—He dicho que...

—¿Podemos tener una conversación o prefieres seguir hablando solo? —La voz de Iara me hizo crujir los dientes.

—No hablo solo, hablo con las voces.

—¿Qué voces?—Preguntó riéndose, de nuevo iba vestida que parecía una bailarina de shows eróticos.

—¿Siempre vas enseñando tanto?

—¿Celoso?

—¿De ti? Por favor, si eres fea.—Me jacté.

No lo era, pero no le iba a dar el gusto.

—Anoche me dijiste que estaba guapa.

—Ahí si que estaba hablando solo.

—¡Idiota! — Rechistó.

—Eh.—Me detuve poniéndome frente a ella, se chocó con mi pecho.— No me caes nada bien, así que deja de intentar ser mi amiga o lo que sea que estés intentando. ¿Vale?

—No intento ser tu amiga, solo quiero saber lo que escondes, Jeff, sé que no eres el chico normal que tratas de aparentar, hay algo extraño en ti.

—Si, mi paciencia contigo.— Rodé los ojos volviendo a caminar a paso ligero. Estaba nervioso y sentía ansiedad, era la primera vez que iba a ir al mierda instituto después de tanto.

No pensaba tolerar que me obligasen a ir a ese sitio, iba a conseguir una expulsión en menos de lo que mi cuchillo cortaba un cuello.

Los pasos de mi prima me seguían apresurados, le costaba mantener mi ritmo de caminar normal.

—¡¿Cómo puedes ser tan rápido?! Dios...es casi imposible mantener tu ritmo, y parece que ni siquiera te estás moviendo. ¿Puedes ir más despacio, por favor?

—¿Por qué? Nadie ha dicho que tengamos que ir juntos.

Llegamos a lo que parecía la entrada, un montón de adolescentes se apelotonaban en grupos, mi corazón empezó a latir con una fuerza frenética, el sabor metálico de la sangre llegó a mi paladar, era algo instintivo cada vez que me sentía  tan nervioso.

Comencé a buscar el tacto de la sangre, con el cuchillo en el interior de mi sudadera, necesitaba calmarme o haría una matanza.

—¡¡Iara!!— Una chica de pelo rojo intenso se acercó a nosotros, era el pelo más bonito que había visto nunca. Su brillo resaltaba tanto que me dejaba hipnotizado.

Amaba el rojo.

—Hola, Sara.—Murmuró de mala gana.

La otra chica también tenía apariencia un tanto gótica, aunque parecía ser un tanto más alegre y risueña que mi prima.

—Vaya...—Me observó la pelirroja de arriba abajo.—¿Es tu primo del que me hablaste? Que guapo es...—Dijo más bajito, a lo que Iara mostró una sonrisa de molestia, forzada y nada sincera.—¿Me lo presentas?

—Sí, claro, Jeff ella es...

—No me importa.—Pasé de largo entrando al interior del recinto.

Sweet Killer #JeffTheKillerWhere stories live. Discover now