2.Primera noche

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La tía Mila degustaba un yogur desnatado sin azúcar, Ashton no le quitaba el ojo al televisor mientras se comía el segundo plato de estofado.

Iara a penas removía la comida con el tenedor.

El olor simplemente me impedía probar un bocado, la carne tenía exactamente el mismo aspecto, las verduras estaban cortadas de la misma forma. Era una pesadilla.

—¿No comes, Jeff? Mira que lo hice con mucho cariño.— Replicó mi tía, con cierto retintín.

—Es el mismo estofado que hacía mi madre.—Balbuceé imitando a mi prima, removiendo las verduras con el tenedor, sin ánimo de probarlo.

—Joder mamá, eres una imbécil.—Saltó ella, sorprendiéndome.

No esperaba que tuviese ese carácter.

—¡¿Qué te tengo dicho de insultar a tu madre?!—Ashton cogió a Iara por los pelos, zarandeándola sobre la silla. Al principio la cena me pareció un tanto divertida. Luego me molestó. Solo yo podía maltratar a mis presas.

—¡Papá!—Chilló lloriqueando, muerta de la vergüenza.—¡Es su culpa! ¡Le hace pasarlo mal al traerle recuerdos!

Ashton soltó el cabello de su hija, gritando un ''vete a tu habitación''. Iara salió corriendo con los ojos llorosos, yo simplemente me levanté retirando mi plato.

—¿No vas a comer nada?—Insistió Mila.

—No tengo hambre, gracias por el esfuerzo.

Subí las escaleras con desánimo, estaba empezando a embajonarme lo que significaba que no tardaría demasiado en perder el control.

—Jeff, duérmete pronto porque mañana empiezas el instituto ¿vale?— Algo en mi interior crujió.

Ins...ti...tu...to... ¿Instituto? Llevaba muchísimo sin ir, desde que me escapé del centro mental.

—¿Cómo..? Si acabo de llegar, ¿ya me habéis matriculado? es imposible.

No estaba preparado para soportar a un montón de adolescentes a mi alrededor. Yo era la anti sociabilidad en persona, no soportaba tener gente viva cerca de mi.

—El padrino de Iara, el mejor amigo de tu tío, es el director, lo ha hecho todo sobre la marcha así que mañana empiezas en cuarto de la ESO. Sabemos que deberías ir a Bachiller pero... con todos los años que has faltado, es mejor que curses desde...

Pegué un portazo.

Lo que me faltaba, ¡lo que me faltaba!

Saqué el cuchillo clavándoselo a la almohada, ahogué un grito y me revolví el pelo. Traté de respirar profundo sentándome sobre la cama.

No, nadie me obligaría a ir a un instituto, antes los mataría a todos. Sí, se acabó el juego.

Cogí el cuchillo con decisión y salí del cuarto, iría primero a por mis tíos, a Iara la dejaría para el final. Iba a follarmela una y otra vez antes de cortarle el cuello.

Pasé junto a la puerta de su habitación, escuchándola llorar.

—Los odio...odio a mis padres...te lo juro...si por mi fuera, ojalá se murieran, ¡¿cómo que no diga eso?!, son de lo peor...

Aquellas palabras, en aquel tono de lamentación, me recordaron a mí siendo niño. Yo también odiaba a mis padres, también sentí lo que ella sentía en aquel momento.

El sufrimiento, es el comienzo de todo monstruo.

Sin saber por qué lo hacía, mis nudillos golpearon la puerta de su cuarto.

Sweet Killer #JeffTheKillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora