Capítulo 5: La verdadera historia.

512 44 46
                                    


🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪🔪

Apoyé mis manos frías sobre la ventana, podía ver su melena oscura ondear en el viento mientras corría a toda prisa, dirección al bosque.

¿De verdad creía que allí podría ocultarse de mi?

Si fuese mínimamente inteligente, hubiese acudido a la policía, o a casa de algún familiar, amiga, la Sara esa, tal vez.

Mi ceja izquierda se arqueó.

Ella no debía estar huyendo de mí. El motivo de esto era algo diferente.

Pero ahora tenía curiosidad, y no me iba a quedar con las dudas.

Salté cayendo al suelo con las rodillas flexionadas, me puse de pie caminando a un ritmo rápido, no me costaría demasiado alcanzarla, y tampoco podía llamar la atención de ningún vecino, mucho menos de la policía que iba patrullando por las calles.

Aligeré mis pasos, estaba desesperado por cogerla de una vez, no me gustaba perder el control, no me agradaba, que el juguete se portase mal. Era yo, quien debía jugar con su mente. Y estaba siendo al revés.

''Esto te pasa por ser demasiado bueno Jeff, te dije que la matases.''

Me oculté tras un cubo de basura al ver pasar un coche de policía y tomé dirección contraria para meterme en el bosque, una vez dentro, era muy fácil dar con ella.

Podía escuchar sus jadeos, provocados por la falta de respiración, incluso el fuerte martilleo de su corazón dentro de su pecho.

De nuevo, vi su cabello moverse junto a su silueta entre algunos árboles, había burlado a toda la policía, después de todo, no era una chiquilla tan tonta.

Me oculté tras un árbol, preparando la hoja de mi cuchillo, al pasar junto a mí, herí su cuello superficialmente, a lo que asustada, gritó deteniéndose en seco, llevándose los dedos a la herida sangrante.

—Se acabaron los juegos, Iara.— Susurré con hastío. Mi paciencia estaba al límite.

Ella empezó a reírse, arrodillándose en el duelo, parecía que la herida le dolía mucho. Solo había sido un corte de nada. Qué débil.

—¿Tienes algo que decir antes de que acabe con esto de una maldita vez?

¿Por qué? ¿Por qué necesitaba un ''algo'' de ella? Seguiría enredándome más, haciéndome esperar a un ''no sabía qué''.

—Solo que sepas que no estaba huyendo de ti, y que al igual que tú, quiero que lo hagas.

No la entendía, lo intentaba, pero me resultaba imposible.

Era la chica más rara que había conocido nunca.

—Quieres que lo haga, pero sales corriendo... te contradices Iara, no vas a reírte más de mi.

—¿Es que no lo entiendes?—Rió, la sangre seguía goteando por sus dedos, se veía bella así. —Si me hubieses matado en casa, todos sabrían que tú eres el asesino, aquí, puedes hacerlo, regresar, y fingir que no sabes nada de mí.

Me di una bofetada a mí mismo en la frente.

—¡AHORA RESULTA!—Grité.—¡QUE TAMBIÉN TIENES QUE DECIRME COMO EJECUTAR MIS CRÍMENES!

—Jeff...yo...solo quería hacerte un favor.

—¡ERES TONTA!—Escupí lanzando el cuchillo a su lado. Este se clavó junto a su pierna. —No me gusta, no me gusta si tú quieres morir, no me da placer si estas de acuerdo ¡ESTO ES UNA MIERDA! ¡LO HAS ESTROPEADO TODO!

Sweet Killer #JeffTheKillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora