Capítulo 30

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Rutina
Jamie

Los sentimientos tienen la maravillosa mecánica de mostrarte tu panorama distinto según el como controles tus emociones o cuál predomine más. El bella sentimiento del amor combinado con la felicidad es resultado al panorama más perfecto y al que más expuesto tienes cuerpo y mente.

Ningún enamorado va decirte los defectos de la persona por la cual su corazón acelera el ritmo. Cuando los hay (o más bien cuando se da cuenta) suele ignorarlos o aprender a amarlos.

En el enamoramiento siempre habrá un patrón, siempre son pasos a seguir del día con día con aquella persona. Siempre sientes lo mismo, nada distinto. Rutina. Pero volviendo a los panoramas y la exposición absoluta del subconsciente: nadie ve esa rutina como algo rutinario, Dada la redundancia, porque está enamorado. El corazón es engañoso.

Amas la rutina... por eso no admites que es rutina porque amas a la persona que te acompaña en ella.

Admites que es rutina cuando los sentimientos bajan debido a la falta de emoción.

Tengo una rutina con Albarn.

Dos años llamando a escondidas de las personas que no queremos lastimar, hablar a voz tan baja que el oído evoluciona para lograr oír con claridad cada una de las palabras, murmurando risas y callando llantos. Lastimando personas. Amar a escondidas logró ser emocionante: el morbo de ser encontrado y el temor del mismo.

Dos años viéndonos de vez en cuando los fines de semana en el mismo motel de siempre para conversar, para juntas los labios y rosar su piel. La recepcionista fue un rostro familiar con el tiempo; Albarn se hizo amigo de ella y a veces lo encontraba charlando con la misma, nada malo. Me gustaba verlo porque me gustaba él.

Dos años ocultando una historia de amor que a estas alturas es pecado llamarla juvenil.

Dos años mirando a los ojos a una mujer que cree onfiar en mi.

Dos años sin saber lo que quería.

Dos años de rutina.

Damon Albarn era el niño pequeño que necesitaba madurar, se creía muy rudo con los demás, pero conmigo se mostraba tal cuál era.

Un niño indefenso, con fama agobiante que sabía ocultar. Un idiota más.

–Damon.– alzó la mirada y me acerqué para darle un beso corto.– Vas a ir a esos premios y te vas a despreocupar

–¿Por qué no vas conmigo?– ya me había separado de él y seguía con los ojos cerrados, su gesto sereno y su boca entre abierta lo hacia ver tierno

–Porque yo no canto y esas cosas no son para mi.- volví a darle otro beso.– Pero tú si y muy lindo

–¿Vas a estar aquí cuando vuelva?- sonrió de oreja a oreja.– Por favor quedate, no tardaré mucho... No creo

–Estaré aquí.– me abrazo casi al Instante de a ver hablado.–Estaré para ti siempre, Damon

–Te amo, Jamie

Damon sonrió y tuvimos el beso más pacífico del mundo. Más lleno de mentira. Sentí algo que ya no quería sentir.

Se fue confiado y con la sonrisa más tímida del mundo, cerrando la puerta detrás de él. La última mirada que le dediqué fue la más sincera en mucho tiempo, sentí la misma conexión que él en ese momento.

Mi corazón se rompió sabiendo que estaba mal.

Incluso dentro de mi amoralidad yo sabía que romperle el corazón una vez más estaba mal, pero dentro la misma sabía que me estaba afectando ser un mentiroso.

I D I O T A | Jamion [Gorillaz]Where stories live. Discover now