Capitulo 4: Un turista con mucha suerte.

1.1K 104 36
                                    

Caminamos hasta casi salir de la cárcel, cuando se detiene.

—No te lo he dicho porque no me pareces hostil, pero los demonios no son bien vistos en Fémur, por lo que sería bueno que uses esta capucha.

—Antes quiero comprobar si puedo... —toco la punta de mis cuernos y consigo hundirlos, aunque más que hundirlos van hacia algún lado, ya que no me atrofian el cerebro. Con un poco de concentración puedo ocultar mi cola y alas, ahora parezco un humano–. ¿Los humanos si son bienvenidos?

—Tu... ¿Cómo pudiste...? —no comprendo su pregunta.

— ¿Qué quieres decir?

—Los R... demonios no pueden ocultar su cola, cuernos o sus rasgos; es como si yo intentara ocultar mis orejas o cola.

—Eso no tendria sentido.

—Eso es lo que digo.

- Igual eso no responde mi pregunta, ¿Los humanos son mejor vistos en... "Fémur"? – beast-man, huesos, perros; el chiste se cuenta solo.

—No son tan mal vistos, pero los acosan bastante igual.

—Entonces... —me esfuerzo, mi cuerpo se llena de determinación.

Se escucha un *Prrrrrrrrr*

... Me tire un pedo (eche un gas).

Toso para cubrirlo, espero que no se haya dado cuenta. Pero conseguí lo que buscaba, conseguí que me salgan orejas y cola de perro, ya parezco un beast-man. Y solo para asegurarme.

Habilidad "Estado" Activada

Bien, mi raza no ha cambiado.

Ella creo que quedó en shock, por lo que chasqueo mis dedos y ella vuelve en sí.

– ¿Estás seguro que eres un demonio?

– Soy un demonio, solo un poco diferente.

–Aja –dice poco convencida.

–Lo importante es que podre moverme más fácil por la ciudad. Bien, ahora que estamos listos, ¿Vamos?

–Eh, si.

–Por cierto, todavía no me dijiste tu nombre.

–Soy Maron.

Acerté.

–Ya veo, entonces, es un gusto Maron –ofrezco mi mano.

–Igualmente Hegemon –toma mi mano.

La amabilidad sirve para que la gente confíe en ti y te vean como aliados, y ella me ve como tal, asique, por ahora, juguemos a los amigos.

Salimos y entonces noté que estaba atardeciendo.

–Bien, tu eres la guía, ¿Algún lugar dónde comer?

–Tengo una amiga que dirige una taberna no muy lejos de aquí, vayamos ahí.

–Te sigo.

Nos dirigimos a esa taberna y nos sentamos en unos taburetes junto a la barra.

–Bueno, creo que prefiero que seas tú quien me vigila antes que unos guardias. Eres más amigable.

– ¿Lo notaste?

–Y tú lo confirmaste –se tapa la boca con las manos–. No te preocupes, no estoy enojado ya que comprendo tus motivos; soy un desconocido y tengo ciertas habilidades que no son comunes, sería estúpido confiar en alguien así de primeras.

Reencarné sin recuerdos como "Rey Demonio"Where stories live. Discover now