IN MY MIND - 『명열』 ❥ MYUNGYEOL

N I N T H

— Myunguie... Estoy aquí.

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PSICOSIS – 1° Fase

NOVENO

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Cuando se está loco, las cosas van volviéndose menos sorpresivas con el tiempo, y cuando el mundo insiste en caer sobre tu cabeza innumerables veces, este va perdiendo el peso. Y cuando eso te ataca hasta el alma, una protección se forma.

Y Myung Soo tenía esa protección sobre él ahora.

Sólo no podía entenderlo.

En una actitud impensada y de rabia, Myung Soo golpeó su cabeza contra la pared, y cuando se alejó tenía un leve corte manchando su frente de sangre. Pero había más sangre en su mirada que cualquier cosa.

— Malditos hijos de su madre. — murmuró con el puño cerrado.

Myung Soo siempre lo sintió, siempre que Sung Yeol salía de un lugar dejaba un calor humano, él dejaba vida por donde caminaba. Woo Hyun no lo vio por algún motivo que el propio Myung Soo desconocía. O tal vez, en el fondo, sí lo sabía.

— ¿Dónde está? ¿Puedo verlo?

El menor intentaba mantener la calma, sólo explotaría cuando viese a Sung Yeol nuevamente

Sung Kyu, indeciso, dijo que lo llevaría hasta el chico.

• • •

Myung Soo se mantuvo apático durante todo el trayecto que hicieron en auto, que fue corto, y luego el auto estaba siendo estacionado. Siguió a Sung Kyu sin mirar a cualquier otro lugar, sin percibir a las personas de su alrededor, sin ver a dónde estaba entrando.

Ignoró los llantos, los ruidos de gente corriendo y todo el dolor que parecía emanar allí.

Sintió un leve movimiento cuando el elevador comenzó a subir, cuando la puerta se abrió salieron y caminaron algunos metros. Sung Kyu se detuvo repentinamente y abrió una puerta frente a él.

El cuarto era bien fresco, no tenía muchos muebles y la cama estaba cubierta con sábanas azules, rodeada de algunos utensilios y objetos que Myung Soo conocía bien. Pero aun así él preguntó.

— ¿Dónde estamos, Sung Kyu?

— En un hospital, Myung Soo.

• • •

Cuando Myung Soo fue dejado poco después, se atrevió a cerrar la puerta detrás de él, Sung Kyu avisó que volvería pronto, por lo que sería mejor que sólo permaneciera allí en silencio.

¡Pero él quería respuestas! A cada minuto una nueva pregunta se formulaba en su cabeza, él sólo quería respuestas. Giró el rostro hacia la esquina del cuarto, y allí estaba su primera respuesta.

Usando una vestimenta de hospital azul claro, Sung Yeol estaba en la esquina de la sala, con los ojos y boca abiertos lo máximo posible. No demoró mucho para que el corazón de ambos se acelerara dentro de sus pechos y las cosas desaparecieran a su alrededor.

Sus ojos permanecían uno en el otro por algunos instantes hasta que Myung Soo, súbitamente, caminó hasta el otro y tanteó fuerte en todas las esquinas posibles. Era Sung Yeol, tan real como siempre lo fue.

Irritado con la cara, ahora, apática y distante de Sung Yeol, Myung Soo lo tomó por los brazos y tiró de él, sólo para después arrojarlo contra la pared, hizo eso varias veces, como la primera vez...