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PSICOSIS - 2° Fase

DÉCIMO SEGUNDO

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Hace una semana que Sung Yeol es real para mí y un poco más de tiempo que Woo Hyun no lo es. Los papeles se invirtieron de una forma abrumadora, y temo que todo esto sea sólo una alucinación más, a veces pienso que ni siquiera estoy aquí. Pero él me hace sentir, en su tacto, en su calor, en sus besos. Yo sé que él está, él me demuestra que todo es real.

Pienso que voy a caer, que no lo voy a aguantar. Sólo quiero sostenerlo y mantenerlo bien, pero ya es lo suficientemente difícil mantenerme bien. Las voces en mi cabeza me rodean a donde quiera que vaya, sólo puedo respirar aliviado cuando ellas se callan.

Tengo miedo de empeorar, miedo de ser demasiado agresivo para controlarlo. Y duele saber que sólo necesito aguantar un poco más, mientras él aún este aquí. Quisiera controlarme toda la vida. Quisiera que él se quedase toda la vida.





Myung Soo cerró el cuaderno y lo guardó de vuelta en la gaveta, donde siempre lo dejaba. Era siempre así, él comenzaba, ignoraba, después comenzaba de nuevo. No tenía paciencia para escribir sobre sus delirios, tener que revivir todo eso no ayudaba en nada.

Se alejó del escritorio empujando con las manos, y salió de la silla con ruedas, caminó lentamente fuera de su cuarto, descendiendo una curva de gradas y llegando a la sala oscura. No se asustó cuando la luz se encendió de repente y apareció su madre, con una sonrisa en los labios.

— Hola... — ella murmuró.

Aquél era un momento de lucidez y dolor para Myung Soo, porque podía ver a través de los ojos de su madre. Sabía cuánto ella se esforzaba, sabía lo difícil que era. Myung Soo la quería, pero alejarse fue la mejor manera que encontró para no hacerla sufrir. Fue una decisión difícil para un chico aún en la adolescencia.

— Hola. — murmuró en respuesta.

Pasó por ella y fue hasta la cocina, abriendo el armario y tomando un vaso de allí. Su madre vino detrás de él, preocupada, pero Myung Soo sólo se sirvió un poco de agua.

— Debo de ser una gran preocupación, ¿no?

— Sí, lo eres. — respondió. Myung Soo sólo asintió. — Todo hijo es una gran preocupación para una madre.

— Yo nunca dije esto, pero... — Myung Soo miró al piso y colocó el vaso en el fregadero. — Perdón por ser así.

— Está todo bien. — dijo ella, conteniendo un sollozo. — Voy a subir, ¿está bien? Cualquier cosa llámame.

Él sólo asintió, girando hacía su madre y asintiendo mientras ella subía las escaleras.





• •




Myung Soo se miró frente a un espejo, se puso un sombrero negro, después con un lápiz de ojos, también negro, comenzó a dibujar pestañas falsas en el ojo derecho. Se quitó el sobrero una vez más, dividiendo su cabello exactamente al medio, y volvió a colocarlo. Sonrió ante su reflejo, gustando del resultado, y salió.

Llegó a la casa de Sung Kyu en veinte minutos, y fue Sung Yeol quien atendió la puerta. Él tenía una sonrisa encantadora en los labios, vestía una manta blanca y cargaba alas en su espalda.

— Llegaste temprano, pensé en arreglarme mejor.

—Estás perfecto de ángel. — Myung Soo lo elogió, pero no percibió el estremecimiento del alto.

IN MY MIND - 『명열』 ❥ MYUNGYEOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora