Capítulo 5. "Castigo divino"

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5.

"Castigo divino"

Los ojos claros de Bárbara se iluminaron al encontrarse con el rostro del misterioso polizón. El chico no parecía sorprendido en lo absoluto, era más, le sonreía feliz y poco impresionado por la visita de la chica. La castaña se acercó sin titubear y mordió su labio inferior a modo de no saber muy bien que decir.

O tal vez sí, pero sería muy precipitado.

—Creo que una compañera te vio —soltó la ojiclara. El morocho asintió mientras terminaba de abrochar los cordones de sus botines negros militares— Tío, esto es serio, si vas a andar de clandestino, podrías ser más cuidadoso.

— ¿Has venido a advertirme porque temes perderme tan pronto? —Contestó el ojicafé, se puso de pie dando unos curiosos pasos. Llego hasta donde la chica se situaba y le acaricio la mejilla provocando un leve estremecimiento sobre ella—, Solo le hablé dos palabras—

—Ellas van a comentarlo con más gente.. será mejor que, que te vayas—

—Oye, pero que buena idea, ¿sabes? —Sonrió el moreno— Quizás solo tome mis maletas y me tire al mar, ya sabes, fácil para llegar —Bárbara rodó sus ojos— Es en serio , te dije que estoy aquí por un asunto familiar—

—Y... ¿Me lo vas a decir?-

—Entonces, ¿quieres saber? —

—Vale, no, pero estoy haciendo la guardia, es lo que merezco—

—Y además me trajiste el desayuno —

—Exacto —Ella sonrió, porque no podía hacer más— Entonces...

—He venido a conocer a mi padre. —Confesó, Zayn. Bárbara le quedó mirando sin comprender, era un dato demasiado ambiguo para su gusto. Luego se permitió pensar en las personas que se encontraban en el barco, ¿quién podría ser el padre de Zayn?, el primer oficial definitivamente no, era un idiota, y Zayn no era un idiota, o quizás sí, pero no en demasía—

—Vale —contestó la castaña notando el prolongado silencio que había guardado—

—Tengo algo de hambre, ¿sabes?, voy a ir al almacén, hay bastante allí —decía mientras caminaba hacia la puerta—

—No puedes hacer eso, es nuestra.. ya sabes, alimentación del viaje—

— ¿Y? —

— ¿Cómo que "y"? es lógico, es nuestro, es para quienes abordamos el barco—

—Cabecita pensante, yo estoy abordando el barco —burló el moreno—, Aun sin que ellos lo sepan. Me estoy cagando de hambre, tía, no voy a solo putamente quedarme aquí y ya está. ¿Vienes o no?-

Bárbara le miró con determinación

Un suspiro de resignación apareció en medio de ambos

—Okay, voy, voy contigo. —Contestó ella. Zayn sonrió y le tomó la mano. Era un gesto simple, sin nada comprometedor, pero la castaña lo sintió casi como si estuviera pidiéndole matrimonio. Era curioso cómo se daba eso de la atracción. El chico era una preciosidad, pero más allá de lo físico, tenía un aire de misterio y bondad, una extraña combinación, pero no dejaba de ser.

Caminaron cuidadosos hacia el almacén, estaba perdidos entre risas cómplices y titubeos torpes, la puerta estaba entre abierta, así que ingresaron creyendo que la suerte estaba de su parte, ni siquiera notaron el letrero de precauciones que se encontraba en el lado lateral de la puerta, pero... ¿qué podía salir mal? Salvo todo lo clandestino que ya tenían.

Atlanta «ls»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora