Capítulo 21. "La forma de cómo queremos"

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Capítulo 21.

"La forma de cómo queremos"



Erín sonreía complacida.

Miraba el rostro de... ¿Quién era realmente? No lo tenía muy claro. Solo sabía que era un buen muchacho. En todos sus sentidos. Sus celos la habían hecho tomar una elección; no lo pensó un poco más, simplemente se acercó hasta el sujeto y le ofreció la mejor ronda de sexo de la noche. Claro, tenía que recuperarse de haber visto a Harvey con el idiota de su novio.

Siempre fue una chica de sentimientos fuertes, quería acaparar toda la atención, esa que nunca pudo obtener en su periodo de infancia. Fue criada en una aglomerada familia que vivía en el norte. Dos matrimonios, un abuelo con vida, y una tía solterona. No hablaban de su madre. Ella en promedio tenía tres madres, más una que las otras.

El sonido de la puerta la sacó de sus recuerdos desagradables. Se enderezó envolviéndose en medio de una de sus sábanas blancas desordenadas. El muchacho entre abrió sus ojos. Ella le sonrió, para luego salir del cuarto.

—Tía. —articuló, incrédula, Erín. Sus ojos escanearon la mirada cautelosa de su tía materna. La veía un par de veces al mes. Tenían una relación/trato que las unía. Cuando había cumplido sus diecisiete, le suplicó a ella que le permitiese la independencia y su tía gustosa la ayudó. Pero nada era por nada.

— ¿Quién es este sujeto? —Cuestionó la mujer, apuntando con su mentón hacia la figura semi desnuda que se asomaba en el pasillo. Erín cerró sus ojos. Lo último que quería era un sermón.

—Hola —Saludó el chico torpemente desde su lugar, alzando una de sus manos.

—Déjanos sola, por favor. —Pidió Erín, nerviosa. El chico asintió y regreso al cuarto. —Es un amigo —contestó la colorina en dirección a la mujer.

—Erín, estoy pagando toda tu mierda, y no lo hago para que te tomes el pelo.

—Sí, yo sé, lo siento.

—No lo sientas, hazte cargo. No me hagas perder el tiempo.

—No te lo hago perder, te lo juro —Decía con sus ojos brillosos. —Tía, he estado en eso que me has pedido pero es difícil. Hoy me he enterado que... Harvey se montará en la marina.

La mujer alzó una de sus cejas. Asintió consiguiente en su reacción.

—Tú rendiste los exámenes para ir también, ¿no?

Erín asintió avergonzada. —Lo siento.

—Siempre creí que tenías eso brillante que yo también tengo. —comentaba, la mujer. La colorina le miró sin comprender el significado de sus palabras. —Si ese chico se monta en la marina, Louis Tomlinson va a montarse también. —Erín alzó sus cejas hacia arriba, sorpresiva. —Y aquí tenemos dos cosas, que tenemos que sacar partido de buena gana.

—Uh, ¿Cuáles?

—Harvey lo quieres para ti. Y yo quiero a Louis Tomlinson fuera de chancha. Al igual que tú. ¿No? —Erín asintió— Entonces, yo voy a pagar toda tu postulación. Claramente vas a quedar, eres lista, como yo.

— ¿Lo crees?

—Lo afirmo.

El corazón de Erín comenzó a bombear de manera increíble. Estaba siendo aprobada por su tía, por aquella mujer que había sido su modelo a seguir durante toda su vida, aquella que le cumplía todos y cada uno de sus caprichos, hasta lo más extravagantes como seguir al amor de su vida.

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