Capítulo 8. "Lo que no ves"

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Tú me enseñas que se puede querer, lo que no ves(8)

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8.

"Lo que no ves"

El capitán estaba intentando leer el mensaje entre líneas, si es el caso que existiera uno. Sus orbes verdes viajaron desde el rostro suplicante del menor hacia todo el pequeño cuerpo curvilíneo. El culpó a su sobre estrés, claramente, no podía existir ninguna otra explicación. Parecía algo sin sentido, ya que al cadete le había visto una sola vez, y eso basto para sentirse fuertemente necesitado de él.

Con que tenía novio...

—Tú creo, comprenderás que la política de reglamento de nuestro Atlanta es muy rígida... -Articulaba el capitán rodeando el pequeño cuerpo. Sus ojos se permitieron el banquete glorioso de mirarle, sobre las suaves telas del traje de cadete. Uh, cuánto pasó por la mente del capitán y su boca se aguó.

—S-sí, yo comprendo, capitán —contestó, Louis. Sus ojos zafiros estaban brillantes y de pronto sus manos transpiraban heladas, y sus piernas se volvieron débiles. Había algo en aquel hombre que lo descomponía, ¿quizás la intensa mirada? O el hecho de que le merodeara como un lobo... algo, lo que fuese que sucediera, estaba descolocándole—, Sin embargo, quiero, quiero decirle que, Harvey está arrepentido y,—

—El... ¿Es tu novio? —Se atrevió a preguntar, Harry. Su corazón latía con desespero, mordió su labio inferior, él no debería estar cuestionando esto, él era el capitán del barco y no un loco desesperado por arrancarle la vestimenta a un inocente cadete. Demonios, que rayos estaba sucediendo con él—

—Sí —Harry asintió y se quedo en una prudente distancia, a las espaldas del cadete—

—Están... están alojados en el mismo camarote, ¿No? —Louis se encontró asintiendo en respuesta— No pueden romper las reglas de convivencia... ¿Sabes a lo que me refiero, verdad?-

—Sí, capitán —Harry cerró sus ojos. Como este chico no podía ayudarle a mantener la cordura con sus sometidas palabras.

—No permitiré sexo en mi tripulación —soltó sin más el mayor. Por eso estoy como estoy, pensó para sí mismo, Harry. —Si queréis enrollarse, será en el mar. Sobre mi barco está prohibido—

—Y... lo intentamos, estamos haciendo lo, lo posible para r-respetar las reglas y—

—No es suficiente —interrumpió— Nunca lo es. —Louis se giró, con temor a mirarle a los ojos. Con lentitud alzó sus orbes azules encontrándose con los glaucos ojos del capitán, mirándole sin titubear, exigente, y altivo—

—No lo corra —insistió para luego tragar el nudo que tenía en su garganta—, no traerá ningún problema m-más —Prometió. Harry le miraba determinante— Lo juro.

—Eres muy demandante, ¿lo sabíais? —El capitán preguntó— Como un gato, los felinos siempre tienen ese toque... victimizante, que enreda y te atrapa, son muy inteligentes... —

—Oh —Fue lo que pudo responder, Louis— Y-yo honestamente no me siento como un eh, gato—

Harry asintió, formulando una media sonrisa —Ve a la cama, Louis. Mañana será una larga jornada.

—Capitán,—

—A la cama. —Demandó— Buenas noches. —Estaba tentando a besar su frente, o mano, o labios, lo que fuera por sentir la piel dorada del menor, pero se limitó, como era lo correcto.

Atlanta «ls»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora