◄ Prólogo

6K 232 23
                                    

Las conversaciones se mezclaban con el ruido de la emisora, emitiendo el informativo local que hablaba sobre las posibles precipitaciones de esa semana

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Las conversaciones se mezclaban con el ruido de la emisora, emitiendo el informativo local que hablaba sobre las posibles precipitaciones de esa semana. Quise moverme con cuidado cuando la voz del locutor comenzó a perderse a causa de las interferencias de la carretera, oculta entre las montañas, con las piernas adormecidas por haber estado estudiando durante ese trayecto.

Era la última vez que me permitía desatender los exámenes de Historia del Arte porque pensaba que hacer los proyectos pendientes era más importante, dejando los apuntes sobre la mochila a mi derecha. A mi alrededor, nadie parecía estar tan preocupado como yo lo estaba, suspirando.

Era una tarde de mayo perfecta, en medio de una primavera llena de lirios blancos, y apenas los había podido apreciar al dejar caer mis ojos azulados a través de la ventana. La carretera estaba llena de curvas y cruzaba de forma directa los pueblos cercanos a la ciudad a donde me dirigía.

La ruta regional era conocida por ser la más breve, pero nunca la tomaban demasiados viajeros por el estado del asfalto en diversos tramos. Ese día, no obstante, me sorprendió que una gran multitud ensordecedora se hubiera puesto de acuerdo en viajar de repente. No sabía por qué.

Con el paso de los minutos tuve la intención de acomodar mi cuerpo en unos asientos estrechos y no demasiado grandes. Había dormido poco y cualquier posición me hacía sentir incómoda.

Quise distraerme al buscar mi teléfono en el bolsillo de la mochila y leí los últimos mensajes del chat para ponerme al día, perdiéndome en las redes sociales intentando disimular el sueño que me invadía mientras escuchaba las risas de dos niñas iguales que viajaban solas delante de mí.

Me parecía conocerlas de algo y al quedarme un instante en trance, los ojos de la más pequeña coincidieron con los míos. Tras una sonrisa, me comentó que ella también me conocía y rápido me recordó el nombre de la persona que teníamos en común. Aunque esa conversación quedó olvidada cuando la pantalla de mi teléfono comenzó a brillar con los mensajes que esperaba.

—¿Pero se puede saber dónde estás? —se interesó mi mejor amiga, casi sin poder creérselo.

Yo solo pude bostezar.

—De camino. —fue mi respuesta.

—¿De camino todavía? —continuó. —¿Ya sabes que estás llegando menos pronto de lo habitual?

La situación parecía divertirle.

Ambas habíamos sido compañeras desde pequeñas y aunque fuera toda una casualidad que no hubiéramos perdido el contacto después de tanto tiempo, esa vez odié que Julia se diera cuenta de que una persona atenta como yo al fin estaba llegando tarde a una importante celebración.

Por primera vez en mi vida. Y tuvo que ser ese día.

—Tengo diez minutos de margen para no llegar tarde desde la guardería. —le quise recordar.

Think in YellowWhere stories live. Discover now