◄ Capítulo 17

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─═ Situaciones ═─

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─═ Situaciones ═─

Un largo minuto se deslizó por nuestro alrededor en completo silencio,  donde no quería perder esa calma mientras jugaba con su gato

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Un largo minuto se deslizó por nuestro alrededor en completo silencio, donde no quería perder esa calma mientras jugaba con su gato. A diferencia del mío, Rembrandt me permitía abrazarlo sin ningún tipo de queja y esa situación me llenaba el corazón de ternura. Su pelaje era denso.

Eva entonces suspiró como si un peso amargo hubiera desaparecido de su mente y supe en esos instantes que había conseguido desbloquear sus pensamientos. La vi sonreír a la nada, limitada a verla brillar nuevamente ante la luz de un mediodía que me recordaba, por mala suerte, lo frío que resultaba el tiempo cuando desaparecía tan rápido. Habían pasado horas desde la mañana.

Y de forma inconsciente, preocupada, busqué mi teléfono hasta encontrarlo encima de la mesa.

—¿Te esperan? —se interesó ella de golpe. Había vuelto a observarme sin decir una sola palabra.

—Algo así.

Era una respuesta extraña, pero no creí que fuera el momento más indicado para explicarle que a mis padres no les gustaba que estuviera fuera de casa durante mucho tiempo. La tradición de que su hija pequeña llegara siempre temprano y nunca saliera de Queret seguía como norma a pesar de mi edad. Y fruncí los labios al darme cuenta de que la tradición se estaba quebrando.

Entendía sus preocupaciones constantes cuando era pequeña, a pesar de que me prestaran la misma atención que a un cactus, pero hablar con ellos era difícil y no solo porque tuvieran una mente cerrada y bastante estricta. Solo durante un par de horas durante los fines de semana habíamos logrado estar los tres sentados en el salón, sin hacer nada en familia, pero juntos.

En algún momento me vería obligada a hablar con ambos y explicarles que mis visitas a Dàires iban a ser constantes durante la Navidad. Eva me vio fruncir los labios y no quiso forzarme, me miró sabiendo que le estaba ocultando algo pero solo se acercó más para intentar animarme.

—¿Sabes? —comenzó. —Cuando me propuse traerte aquí lo hice con la intención de enseñarte todo lo que pudiera. Y ahora, después de dos horas, he aprendido más yo de ti que al contrario.

Think in YellowWhere stories live. Discover now