•~Autograph~• [Adrien Agreste x Lectora]

c.7

–muchas gracias–puse un mechón de pelo detrás de mí oreja.

–la verdad ubiera preferido dejarte en tu casa..–susurro provocando que su aliento cálido dejará su rastro en el aire.

–no es necesario, queda a unas pocas cuadras de aquí–sonreí–además, se cuidarme sola.

El rubio sonrió al igual que yo, se hacerco a pasos lentos y sus brazos me envolvieron en un cálido abrazo.

–soy consiente de eso, tienes unos golpes que pueden dejar noqueado a cualquiera–mis mejillas se cubrieron de una leve tonalidad roja. No estoy segura si fue por su comentario o por el echo de que nuestros cuerpos estén unidos en un abrazo.

–callate...–intente darle un golpe pero cuando intenté moverme, intensifico el abrazo evitando cualquier movimiento por parte de mi–¿Que haces?–me moví bruscamente tratando de liberarme–sueltame...

–no, si lo hago me golpearas–apoyo su cabeza en mi hombro.

–que te haya acompañado hoy no te da esas libertades–moví bruscamente mi hombro provocando un golpe en adrien..el cual mostró una mueca de dolor–eso te pasa por hacer eso... Ahora sueltame o te irá peor...–le mencioné una infinidad de "amenazas" como que lo golpearía o que le tiraría huevos en la cabeza... Tenía que separarme lo más antes posible de el ¿Que tal si alguien  nos veía y pensaba mal? En mi desesperación una idea pasó por mi mente, algo inaudita y absurda.. pero no se me ocurre nada más... Este tarado no me dejara libre– si no me dejas ahora... Dejaré de ser tu amiga.

Agreste se alejó de mi como si fuera un pequeño gatito asustadizo.

Es increíble el poder que tengo sobre el.. esas cinco palabras serían como mi amuleto de la suerte.

Adrien tenía la mirada baja mientras se disculpaba.

Vaya.. no me gusta para nada verlo de esa manera, es como si se fuera a romper en cualquier momento.. como si fuera una pieza de cristalería delgada entre mis manos... Y estuviera tambaleándose entre mis dedos.

–no te preocupes..–las palabras salieron de mi boca casi por sus solas, no lo pensé demaciado o talvez ni siquiera lo hize. Solo quería que dejara esa cara larga de lado. era raro verlo de esa manera, sin su característica sonrisa– no dejaría de ser tu amiga por algo así.

Funcionó, una radiante sonrisa fue dibujada en su rostro.

–¿Estás segura que no quieres que te Compañeros a casa?–pregunto justo antes de meterse dentro del automóvil que lo llevaría a casa– no tendríamos problema con llevarte

–no te preocupes, es cerca de aquí–hace frío y la verdad es que caminar sola a estas horas de la noche da miedo.

Cuando el automóvil negro partió rumbo a su destino. Yo me encamine a casa.

Es muy tarde.
Estoy segura de que mamá de matará.

<°•°•°•°•°•>

–mira... Es ella.

–no creo que sea ella

–¿Estás segura que es la misma?

–pense que se odiaban...

–la odio.

Todas las miradas femeninas y algunas masculinas estaban clavadas en mi y la mayoría reflejaba disgusto ante mi persona.

Naturalmente, he estaba acostumbrada a tales situaciones desde que conocí a adrien, por lo tanto esto no me afectaría tanto como lo hizo en el pasado.