Cap 8: En el bosque ocurre de todo

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•En la parte Sur del bosque•

- ¿Así que era un interrogatorio?

Caminaban y las ramas crujian bajo sus pies. Ambiente relajante para charla poco agradable.

- Si. Lo odié. La odié.

Cam aguanto una risotada, por supuesto, era tan raro verlo con una muestra de tanta expresividad en su rostro que ni él mismo podía dejar a mortales e inmortales ver tal milagro.

- Como si eso fuera tan díficil.

Oh, eso no es cierto.

- Eso no es cierto, - dije con una mueca ofendida - las personas suelen caerme bien. Si alguien es un idiota o poco agradable ya no es mi problema.

- Claro, Selina.

- No, Cam. No vayas por ahí.

Paró de caminar y elevó una de sus cejas con el aura suya tan característica que grita: ¿WTF?

- ¿Y hacia donde es que voy?

- Te encaminas en el sendero de las tácticas adultas. Diciendo una afirmación con una sonrisa apretada, solo con la finalidad de evitar un berrinche adolescente. ¿Es acaso que de la nada maduraste como una fruta temprana?

Ante mi declaración está vez no pudo evitar las carcajadas. Los milagros existen.

- ¿Cómo lo haces? Toda esa charla analítica con el fin de degradar a los adultos y...sus formas de lidiar con nosotros.

Eleve los hombros y le reste importancia.

- Es un placer hacerte reír, - le hice una reverencia cómica- no pude evitarlo ya que me designas como la cascarrabias cuando en realidad lo eres tú.

- No creí que te motivarán metas tan absurdas.

- Los hijos de Atenea somos una caja de sorpresas, no solamente servimos para memorizar libros.

Sé que es infantil, pero no resistí sacar la legua.

¿Y así te mofas de su actitud?

¿Qué hablamos de ir en mi contra? Eres mi conciencia, criticame cuando debas.

- Selina, ¿Por qué decidiste que nos separamos?

- Dividimos la parte sur del bosque en tres hectáreas y una de ellas quedo más grande que las otras dos, consideré que era mejor dividirnos en parejas para ver las dos primeras hectáreas por separado y luego si no encontramos nada ver juntos la última.

- Ahora que lo dices era bastante obvio.

Lo miré apenada.- Tranquilo, sé que estás distraído por....

- ¿Los mandaste juntos para que estuvieran a solas, verdad?

Me encogí de hombros con expresión inocente.

- Eso igual era obvio.

Cameron suspiró.

- Estoy muy preocupado por ellos y por el futuro.

- ¿El hijo de Hades preocupado por los sentimientos de los demás?

Se rió sin gracia.

- ¿Qué dijimos de los chistes sobre mi padre? Ser hijo de quién soy solo me hace hablar con los muertos, no tener un corazón de fría ceniza.

Escuchamos una rama romperse.

De inmediato sacamos nuestras armas  y nos pusimos en posición de combate.

El porqué de esta vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora