Daddy. ·K.NJ·

18

Corría y corría, mis piernas iban velozmente siguiendo a JeongGuk, no obstante, él no me miraba ni siquiera notaba mi presencia. Mis lágrimas y desesperación consumían mi sistema por cada paso que daba él, quería gritarle que se detuviera y de un momento a otro lo hizo pero se volvió negro, a los segundos  vi su cuerpo inherte en el suelo con un balazo en su pecho.

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Me levanté tan rápido que mi cabeza dolió y me mareé unos segundos. Agradecía bastante que había sido un sueño, pero aún así mi pecho dolía y mi corazón latía muy rápido.

—¿Qué pasó? -. Me preguntó una voz bastante conocida para mí además de adormilada-.

—Nam...-. Susurré y lo voltee a ver-. ¿Qué haces aquí?

—Es que te veías tan linda y angelical dormida que se me hizo imposible no dormir a tu lado, lamento si te pongo incómoda.

—No, no hay problema..

—Pero no me contestaste la pregunta.

—Una pesadilla, sólo eso-. Sonreí-.

—¿Crees ya no poder dormir?

—No, tengo mucho miedo.

—Pues... Son las tres de la mañana-. Dijo viendo la hora en el reloj que se encontraba en el buró-. Tenemos tiempo para hacer muchas cosas...-. Dijo con un toque de lujuria-.

—Ya tiene tiempo que no lo hacemos así que, ¿Por qué sigues perdiendo el tiempo?

Advertencia.
Contenido: Lemon.
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Él rápidamente me acostó nuevamente en la cama y se posicionó encima mío mientras se quitaba la playera del pijama; sus cuadros eran fenomenales, tanto que hacían alborotar a mis hormonas.

Me quitó también mi playera y short, de hecho la palabra "quitó" se escucha muy suave para su acción; me beso mi cuello unos segundos pero después se alejó para quitarme mis bragas y mi sostén.

Regreso a darle cariños a mi cuello haciendo algunas marcas en el; bajó al valle de mis senos e hizo lo mismo que con mi cuello. Así fue bajando poco a poco, dejando el rastro de su camino; hasta que llegó a mi monte venus, al cual, le dio un beso suevamente como si de mi se tratase y fue a hacerme un oral.

Su lengua se movía en círculos sobre mi clítoris, haciendo que viera el cielo estando en la cama, además de que le daba pequeños mordiscos para hacerlo interesante. Así estuvo un buen tiempo hasta que vio que estaba bastante lubricada.

Tomó un condón de su pantalón, se lo puso velozmente y se posicionó, tomando su miembro para introducirlo más tarde.  Al instante que lo hizo, mi espalda se arqueo y el placer se hizo presente es mi parte baja al igual que mis movimientos de cadera para mayor profundidad al igual que mayor placer.

Él al parecer disfrutaba de mi estrechez debido a que ya estaba gimiendo, esos gemidos cargados de placer y alegría, además de ser extremadamente roncos a más no poder.

½