Nefelibata; Taegi {Omegaverse}

Cap.2: Incandescencia

En ese momento Yoongi no supo que sentir, lo único que recuerda es como aquel alfa realizó el trámite de su compra. También como el beta que estuvo a punto de matarle se disculpaba con ellos hasta casi arrodillarse en el suelo.

Ahora está en la enorme limusina de este, el alfa observándole de arriba abajo sin perder detalle.

Las ganas de acertar un puñetazo en su perfecta cara le invaden para así hacer que deje de mirarle. Sin embargo, su lobo se encuentra dando saltitos en su interior contento.

Estúpido.

— Mis disculpas.- el alfa se dirige a él por primera vez.— Por el comportamiento de ese guardia, estoy seguro de que no era su intención hacerte daño.

Yoongi se mantiene callado en su sitio, mirando el paisaje por la ventana, ignorando al chico.

Observa como poco a poco abandonan la enorme capital para adentrarse en un profundo bosque. Un sentimiento de inquietud le invade al saber que ahora ya no podrá hacer esa rutina a la que se acostumbró durante dos años. Ya no podría ser libre, ahora estaría condenado para el resto de su vida.

Un escalofrío le recorre ante ese último pensamiento. Saber que ahora el rumbo de su vida está a total merced de un alfa le produce algo de miedo. Nunca se ha definido como una persona pusilánime, pero el simple pensamiento de tener que someterse a un alfa o el trato que recibirá por parte de este le pone nervioso.

Ahora dirige su mirada al alfa. Estaría mintiendo si dijera que no es guapo, porque el chico es bastante atractivo. La tez tostada que hace resaltar su pelo rubio. Sus labios es algo que destaca de su rostro. Es también alto, así lo pudo comprobar cuando caminaba detrás de él para subirse en la limusina. Su lobo de repente se relame ante el recuerdo de la espalda de este. Yoongi le reprocha, obligándole a calmarse.

Maldito lobo con las hormonas alborotadas.

— ¿Te apetece algo de beber?. — su comprador le saca de sus pensamientos.— Un poco de agua tal vez...

Se fija en la pequeña botella que le tiende el alfa y la acepta de mala gana. La verdad es que sí, se muere de sed. Desde que le sacaron del bosque que fue su hogar no ha comido ni bebido nada.

Se bebe media botella de un solo trago y vuelve a mirar al alfa, esta vez encontrándose con su mirada.

— Veo que eres alguien poco hablador.— deduce este mientras se sirve algo de vino para él.

Yoongi le mira fijamente, frunciendo el ceño. Si fuera por él le mandaría a la mierda y le diría mil maldiciones más, pero debe andarse con cuidado. Ahora pertenece a este alfa, quien es su dueño y si quiere, puede mandar a que le peguen una paliza ante la mínima palabra mal sonante que salga de su boca.

Aún así, decide lanzar una pulla a este.

— ¿Tengo permiso para hablar acaso?.— pregunta sin ningún pelo en la lengua.

El chico delante de él le sonríe, provocando que le mire algo sorprendido.

— Por supuesto.— contesta el alfa.— Es más, me gustaría que lo hagas. Aún no me has dicho ni siquiera tu nombre.

Yoongi chasquea la lengua irritado y gira la cabeza mirando por la ventana. Escucha como el chico frente a él suelta una risa algo baja. Está a punto de soltarle un "vete a la mierda", pero su lobo le calma antes de que cometa esa locura. Debe controlarse.

— Bien, entonces empezaré yo.— dice haciendo que Yoongi gire su cabeza.— Soy Kim Taehyung y tengo 23 años.

Este extiende una mano hacia el omega. Le mira algo desconfiado, ¿Acaso este alfa quiere estrechar su mano? ¿Es algún tipo de broma?