En un futuro lejano donde los alfas son los dueños del mundo, los omegas solo pueden resignarse a ser sumisos de estos.
Pero Min Yoongi no estaba dispuesto a eso. No, él no quiere obedecer a nadie. Él solo quiere vivir su vida como omega solitario...
Sin embargo, se puede escuchar un ruido lejano que parecen ser pasos.
Yoongi mira a su alrededor cuando de repente la escena cambia y el escenario del lugar pasa a ser el salón de baile de la mansión de los Park.
Cientos de ojos están puestos en él, todos los allí presentes son alfas, observándole atentamente.
El mismo sonido de pasos acercándose, lo nota justo a su derecha.
Se le hiela la sangre cuando ve la figura de Park Chanyeol con un látigo en la mano, mirándole con burla.
Intenta buscar con desesperación la manera de salir de ahí, pero justo antes de levantarse el primer latigazo recorre toda su espalda, haciéndole gritar.
Justo cuando eleva la cabeza hacia la multitud lo ve.
Taehyung está ahí mismo, observando sin ninguna emoción en su rostro como le golpean y humillan.
— Taehyung...— un susurro sale de su boca.
La sorpresa y la impotencia invaden su ser cuando ve como el alfa se marcha de la habitación, dejándole completamente solo.
Entonces Chanyeol empieza a pegar con el látigo todas las partes que puede de su cuerpo.
Su lobo desesperado llama a Taehyung mientras nota como cada vez está más débil. Ha perdido demasiada sangre.
Poco a poco la oscuridad de nuevo le envuelve, cayendo en un abismo completamente negro.
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Sus ojos se abren rápidamente con la intención de salir de esa temible oscuridad.
Su respiración está muy acelerada, y puede jurar que todo su cuerpo está cubierto en sudor.
Trata de calmarse mientras observa a su alrededor, en busca de aquellos alfas que le miraban de forma acusadora. En busca de Chanyeol y su látigo. En busca de Taehyung.
Poco a poco puede darse cuenta de las paredes blancas, de las finas columnas detalladas, e incluso del impecable suelo de mármol.
No sabe cómo, pero se encuentra en su habitación, e incluso con uno de los suaves pijamas de seda puesto. ¿Cómo puede ser posible?. Sabe perfectamente que anoche se quedó dormido sobre el piano. Después de todo, es normal que el cansancio le ganara tras toda la locura que fue la noche anterior.
Se incorpora lentamente en la cama y mira a su alrededor, buscando alguna pista o algo de lo que ha podido pasar para que acabara en su cama.
