Doce

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Sábado

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Abrí mis ojos muy lentamente y pestañee un par de veces antes de comenzar a recordar los sucesos de la noche anterior. A un lado de mi cama, Jimin ya no estaba ocupando ese lugar.

Se había ido.

Me senté en mi cama, las sábanas se deslizaron por mi pecho desnudo hasta caer a mis piernas.

¿Por qué lo hice?

- Hice el amor con Jimin.

Y pase a la decepción que sentía por no encontrarlo sólo pude sonreír.

- ¿Jungkook, ya despertaste?

La puerta se abrió lentamente dejando entrar a un hermoso chico con mejillas rosas y cabello esponjoso y revoltoso.

- Buenos días. - dijo al verme y elevó lo que traía en sus manos-. Hice el desayuno.

Pude sentir la sorpresa que se llevo Jimin cuando baje de la cama y corrí a él sólo para abrazarlo con cuidado de no tirar nada al suelo.

Estaba tan feliz.

No podía pensar en otra cosa que no fuera en lo hermoso que era Park Jimin incluso al comer, digo, no ves a un chico luciendo lindo incluso al comer. Yo era un desastre, él era espléndido y es por eso que sólo me concentraba en verlo. Porque teniendo a Park Jimin a lado no podías hacer otra cosa.

Baje mi vista hasta sus labios, sus rosados y perfectos labios, de reojo observe su cuello y mi rostro se incendió al instante para luego apartar la mirada y reír.

- ¿Qué sucede? -Fruncio su cejas y me miro con desconcierto. - ¿De qué ries?

- No es nada. -Negue suavemente y volví a sonreírle-. Continúa.

- No, ya acabe y debería irme a casa. -Se levantó de la silla con intenciones de marcharse-. ¿Jungkook?

Sujete su brazo y atraje su rostro para besarlo, él no se apartó en ningún momento ni presentó intenciones de hacerlo. Movió sus pequeños y gruesos labios torpemente sobre los míos y atrape uno de ellos entre mis dientes, deshice el beso mirándolo directo a los ojos ya que aún estábamos muy cerca del otro.

- Era muy en serio cuando te dije que no olvidaría lo de anoche. -le susurre contra sus labios.

- Yo tampoco lo olvidaré..

Sonreí.

- Quédate conmigo un rato más.

Finalmente lo había dicho.



- Tengo un par de cosas que hacer en el centro antes de ir la fiesta de Minhyuk. - hablaba con Jimin mientras terminabamos de lavar los últimos platos. - ¿Quieres ir conmigo?

- ¿Qué debes hacer?

- Le compraré un obsequio y aprovecharé de ver algo de ropa para la noche.

- Esta bien.

Luego de pasar a la casa de Jimin por un cambio de ropas y pasar un pequeño momento incomodo en el que el padre de Jimin me observaba como si fuera una gran amenaza para la tranquilidad de casa Park.

- ¿Así que eres un amigo? -Interrogó el señor.

El hombre estaba sentado en su sofá, donde tenía una postura de hombre de la casa con gran poder.

- Lo soy, señor Park.

- ¿No te conozco de algún otro lado? -De su postura ergida se abalanzó hacia mí-. Te me haces muy familiar, niño.

- Señor, no lo creo.

- Ya estoy listo. - Jimin bajo de las escaleras luciendo ropa más cómoda y se veía más fresco. - Ya podemos irnos.

- Tengan cuidado. -Mando el señor Park.

Hice una corta reverencia y salí junto a Jimin de la casa.

- ¿Papá te hizo pasar algún mal momento?

-Para nada. - reí.

Pasamos por varias tiendas aún no tenía muy en claro que debería regalarle a Minhyuk y su novia, Jimin tenía muchas ideas pero ninguna me convencía del todo aún. Desidimos parar un momento para comprar algo de beber.

- ¡Oh, Jungkook, ya tengo el regalo perfecto para ellos!

- ¿Qué? - estaba en la fila para comprar nuestras bebidas y comida, Jimin lucía convencido.

- Hace un par de días vi unos hermosos pendientes que a Seea le gustarían y para Minhyuk podemos comprar un reloj.

- No es mala idea. - asenti y el sonrió.

- Mira, está allá. - apunto la joyería que estaba al frente-. Iré a ver si aún la tienen y tu continúa en la fila.

- Bien. ¿Qué vas a comer?

- Una de doble de queso pero sin cebolla, y una coca-cola.

- Bueno.

- No tardó.

Tan sólo faltaban cinco personas más y sería mi turno pero Jimin era siempre muy impaciente así que detenerlo no era una opción.

- ¿Señor que va a ordenar?

¿Qué me había pedido Jimin? Mierda.

Mire hacia la calle, Jimin no estaba lejos, aún esperaba la luz roja para pasar, iba a acercarme y como una acción de puro impulso vi al otro lado cuando la luz cambio a roja, al parecer un auto no se había dado cuenta.

-¡Jimin, espera!

Corrí hasta el, él miro hacía atrás y luego al auto y su cuerpo se congeló.

- ¡JIMIN!

Desde allí todo pasó demasiado lento, era como en una película. Me lance a la calle y empujé a Jimin al otro lado, pero yo no tuve tiempo de correrme y el vehículo choco contra mí. Lo último que escuche fue mi propio peso caer al suelo de una forma desgarradora luego de que mi cuerpo chocara el parabrisas del auto y, todo se apago, así nada más.

- ¡JUNGKOOK, DESPIERTA!

Oía una voz, se sentía muy lejana, mi mente sólo podía concentrarse en el horrible dolor en todo mi cuerpo.

Me sentía tan pesado y no podía moverme.

- ¡Preparen la sala de cirugías!

Y es así como llegue aquí, como una semana que parecía ser normal daba un último cierre de manera brutal.

- ¡Vamos, chico, no nos dejes!

¿Adónde iría?

- ¡Doctor, lo perdemos!

Pero le prometí a Jimin que no lo dejaría.

- ¿Estas seguro? ¿No volverás a dejarme?

- No lo haré, Jimin, te prometo que no voy a dejarte, mucho menos te olvidaré.

Lo siento si no cumplo con mi promesa, Jimin.

Aún así, fui feliz contigo hasta el final.

Gracias.

Te amo, Park Ji Min.

Alzheimer / KookMinWhere stories live. Discover now