Quince

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Caminé junto a mi padre por los pasillos de la empresa Park, los empleados se detenían sólo para saludarlo con una reverencia exagerada. Estaba aburrido, mi mente volvía una y otra vez al hospital. Realmente, no podía estar lejos de él.

- Jimin, concentrate. -Oí a mi papá decir, asenti solamente y el volvió a dirigir su atención a sus socios.

Me detuve junto a una ventana, el empresario Park ni siquiera lo noto y siguió caminando junto a sus cinco acompañantes. Deje de mirarlo a él y observe el paisaje antes mis ojos desde la ventana, heche un suspiro y baje mi mirada a mis manos.

- ¿Cuándo...?

Como por arte del destino mi celular comenzó a sonar en mi bolsillo, lo saque viendo el nombre de la señora Jeon en mi pantalla y lo lleve a mi oreja.

- Señora Jeon.

- Jimin. Uh, lo siento.

Escuché los sollozos de la pobre mujer y no dudé ni un segundo más. Rápidamente tomé un taxi hacia el hospital y me adentré en el edificio. Entré en el ascensor y pulsé el botón del tercer piso, observándome brevemente en el reflejo: vestía un traje azul con corbata, el cabello oscuro y bien peinado (aunque había descuidado el color anteriormente), zapatos caros y todo eso; pero todo eso era solo la superficie. En mi interior, una parte de mí se estaba marchitando. Y tal vez no era solo una parte, tal vez era todo lo que alguna vez fue Park Jimin.

Las puertas del ascensor se abrieron y salí de inmediato. Cerca de las habitaciones, vi a la madre de Jungkook casi suplicando a los enfermeros y doctores que no lo hicieran. Me interpuse entre ellos y miré hacia la habitación de Jungkook.

- ¿Qué sucede? -pedí explicación.

-Ya hicimos todo - el doctor sonaba cansado-. No hay más nada que podamos hacer.

- ¿Así que sólo lo desconectan? -Me enfureci.- ¿¡Acaso no es su trabajo hacer que mejore!? ¡No lo hagan, el despertará!

El doctor hecho un suspiro cansado y le pidió a los enfermeros que se marchen.

- Si el paciente no despierta en esta semana no nos quedará de otra. De verdad lo siento mucho pero así funcionan las cosas. ¿Creen que Jungkook disfrutaría de estar conectado a tantas máquinas por cuanto, un año, más? Incluso si Jungkook despertara, e en coma por tanto tiempo traerá grandes consecuencias.

Miré a la madre de Jungkook, lucía pálida y desorientada.

- ¿Un año? ¿En verdad mi hijo no despertará? -preguntó ella. El doctor vaciló en negar así que lo hizo muy lentamente-. Oh Dios mío.

Entré a la oficina de mi padre y me paré firmemente frente a él.

- Me haré cargo de la empresa, haré todo lo que tu me pidas pero ¡por favor,  salva a Jungkook! - Él me miro a los ojos y entrelazado sus dedos-. Papá.

- ¿Qué sugieres que haga, Jimin?

- Busca al mejor doctor y traelo, se que tú puedes.

-¿Por qué lo haría?

-¡Porque Jungkook salvó mi vida!

Hubo un momento de un silencio glacial antes de que mi padre pudiera hablar.

-Empezaré a mover mis contactos.

Hice una breve reverencia y salí del lugar. Solo una vez fuera de la empresa, pude respirar sin que me apretara el pecho. Me sentía... ¿Cómo expresarlo? No había palabras para describirlo. Todo lo que necesitaba en ese momento era una maldita botella de soju o algo aún más fuerte en mis manos.

Entré en un bar que parecía decadente y sombrío. El hombre detrás de la barra no parecía muy interesado, pero como si fuera una formalidad, me pidió mi identificación, la cual le entregué. Me devolvió la mirada y me entregó una botella de soju.

- La casa invita -dijo con un tono menos seco-. Feliz cumpleaños.

Asentí y di un largo trago a la botella. El hombre me observó y yo lo miré con el ceño fruncido. Él simplemente rió y luego me dio otra botella.

- Bebe más despacio, chico -me pidió casi riendo otra vez, y luego atendió a una mujer a mi lado.

¿Por qué una mujer estaría aquí?

Esquive su mirada y seguí bebiendo en el mismo lugar, no quería que nadie me viera, sólo quería beber y beber.

Llevaba una dos horas o mas y seis botellas de soju. Me hice amigo del hombre de la barra y escuche como todos en el bar me cantaban el feliz cumpleaños.

Una noche para recordar, a no ser que la resaca me mate en la mañana.

- Oye, chico, creo que ya tuviste suficiente.

Había un chico junto a mi que se había tomado las molestias de quitarme la botella de mis manos.

- Oye, no, déjame.

- Te ves muy mal, enano.

- Déjame, no soy enano. ¡Aún no acabe de crecer!

Mi cabeza comenzó a dar vueltas y reía mucho ¿que tenían esas botellas? De pronto todo parecía más colorido y genial. Ah no, sólo exagero.

- ¡Oye tu! -Le grité-. Sueltame de una vez, ni siquiera te conozco.

- Lee Taemin, un gusto, ahora déjame llevarte a casa.

- No, no, yo debo ir con Jungkook. Debo estar a su lado cuando despierte.

- Bien. Te llevaré donde sea pero no te dejaré aquí... oye ¿estas bien?

- No. Me siento muy mal.

Entonces mis ojos pesaban mucho y tenía un gran malestar, caí al rato y sentí los brazos fuertes del chico tomarme antes de que aterrizará en el suelo.

Una jodida intoxicación por alcohol, no, por favor.

Jungkook me necesita.

Alzheimer / KookMinWhere stories live. Discover now