Naruto - Ojos de Halcón

III

¡El nuevo de la clase, Byakuya Kuchiki!

Ya habían pasado mas de dos semanas desde que Naruto agregó a su pequeño repertorio de emociones una que marcaría muchos de los grandes sucesos que el futuro le deparaba al Uzumaki. Por fin tuvo el gusto de conocer a su primer amigo, alguien que no veía al jinchuuriki del Kyuubi, sino a Naruto Uzumaki, alguien que de momento, al igual que su amigo, no descubría su talento que yacía dormido dentro de ambos. 

No pasó mucho tiempo para que Byakuya y Naruto forjaran un lazo tan fuerte, casi como si se conociesen desde hace años, y por ello, el pelirrojo apoyaba y convencía a su amigo en que se uniera a la academia junto a el.

--¡Vamos Byakuya, será divertido!-- Decía el pelirrojo con entusiasmo y carisma.

--No lo sé, no creo que sea lo correcto, ademas, no tengo lo que se necesita para ser un shinobi, ni siquiera tengo algo especial como los herederos de clanes.-- Respondía el pelinegro con incertidumbre.

--Adivina qué, yo tampoco, no al menos mas allá de mi chakra que no puedo controlar.-- Contaba Naruto con algo de bajos animos en su voz.

--¿Tu chakra? ¿Que sucede con tu chakra?--

--Bueno, no se si lo sepas, pero los Uzumaki son conocidos por tener grandes cantidades de chakra, es así como ellos fueron de los clanes que lograron sobrevivir durante las épocas de guerras entre clanes. Para mi mala suerte, no tengo el conocimiento, ni el entrenamiento para poder usarlo, es un milagro que aun siga en la academia.--

--No sabía eso, perdón si te hice recordar algo malo.-- Se disculpa de inmediato Byakuya.

--No te preocupes, he aceptado ese defecto mio desde hace un tiempo. Pero volviendo al tema, no importa lo que creas de ti mismo ahora, estoy seguro que tarde o temprano encontrarás tu talento.--

--¿En verdad crees eso?-- Cuestiona el niño de ojos violáceos.

--De veras lo creo, te lo digo como tu amigo. Es mas, hagamos una promesa, nuestra primer promesa, de hecho.--

--¿Que tienes en mente?--

--Si entras conmigo a la academia ninja, entrenaremos juntos, progresaremos los dos, vamos a superarnos a nosotros mismos siempre, de forma constante. Sin dudar, nunca echarse para atrás, siempre avanzando hacia adelante. ¿Que dices?--

--Naruto, no solo me salvaste de aquella pandilla, ahora incluso me das un nuevo propósito para poder seguir, en verdad eres alguien especial.-- Pensaba Byakuya con asombro, y también con emoción, ya que esto marcaría el comienzo de algo nuevo, un nuevo camino a seguir. --Supongo que no me dejas mas opción, Uzumaki.

--Entonces, ¿que dices?--

--Entraré a la academia, veamos que sucede.-- Dice el azabache con una sonrisa determinada.

--¡Genial, así se habla!-- Apoya con su clásica sonrisa el Uzumaki.

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--Por las barbas de mi abuelo, ¿es que acaso esto no tiene fin?-- Hablaba un anciano sentado detrás de un escritorio, mientras que una bocanada de humo salia de su boca, al mismo tiempo que en su mano izquierda sostenía una pipa.

--Hokage-sama, siguen llegando mas papeles, ¿donde se los dejo?-- Decía la secretaria, mientras entraba a la oficina con una torre de hojas de papel en sus manos, impidiendo que se viera su rostro.

--Déjalos en su escritorio, Hiruzen se encargará mas tarde de ellos.-- Decía una anciana que estaba sentada en un sillón del lado izquierdo de la habitación, mientras que el anciano, de nombre Hiruzen y siendo este el hokage, solo le salía una gota de sudor de nerviosismo en su frente, al mismo tiempo que la secretaria dejaba la montaña de papeleo en el escritorio, y después retirarse.