XII

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¡Entrenamiento especial en el Bosque de la Muerte!

Las siguientes veinticuatros horas fueron algo tan raro y bizarro, así como cuando se aprecia una pintura a la que no se le halla forma, a pesar de que uno la está viendo. Los sucesos que rodearon a Naruto, sus amigos y a sus maestros -exceptuando a Kagami Uchiha- fueron extraños, y cada uno lo era mas que el anterior.

No tardaron en manifestarse estos sucesos, pues no respetaron ni el horario de despertar de los cinco niños, quienes recibieron en las puertas de sus casas a diferentes adultos que iban variando entre señores quedándose sin pelo, hasta otras que pertenecían mas bien a un museo de arqueología. Todos hablándoles con una felicidad y dulzura artificial que ocultaba debajo algo insípido, putrefacto y venenoso.

Naturalmente fueron rechazados, por mas labia y falsas promesas que pudieran musitar las corrosivas bocas de los vejestorios. He de decir que cada uno ahuyentó a los ancianos a su manera. La mas excéntrica fue la de Kenny, quien les mostró la cabeza de un jabalí que había asesinado hace unos días cuando se perdió por accidente en el Bosque de la Muerte, y que decidió llevársela para colgarla en su casa. Los viejos se fueron horrorizados de la casa del lunático.

El siguiente movimiento que fue propuesto por Takeshi, y que de hecho fue muy inteligente, fue el ir al lugar de donde el Mitarashi había conseguido su mas reciente pieza de decoración. Ahí no entraría el Consejo Civil, y la única opción viable que tenían era enviar a los anbus al servicio de los altos mandos.

Pero no podrían traerlos a la fuerza, pues con esto dejarían rastros y evidencias que los guardias del bosque reportarían al Hokage. Fue un jaque mate muy hermoso del que no pudieron zafarse los habitantes del Distrito Comercial.

Los maestros restantes ya habían explicado el porqué no se había presentado Kagami, y reanudaron los entrenamientos habituales. Ahora el toque especial era la zona que era nueva para los menores, a excepción de uno que se perdió hace días ahí.

Todos se habían reunido en el lago al sur del bosque, donde comenzaron un nuevo entrenamiento con el que tendrían una mejora permanente en su manejo de chakra.

—Muy bien, chicos. Hoy tendremos un pequeño entrenamiento fuera de lo acostumbrado —dice el maestro pelicrema, Kisuke Kyoraku.

—¡Genial! ¿Ahora podré cortar mas cosas? —pregunta Kenny con su característica energía lunática.

—Si, y no solo eso. Con esto serán mas eficientes en su camino de la espada —menciona el maestro ilusorio del clan Kurama.

—Hoy aprenderán a caminar sobre los arboles —agrega Gin, quien se gana una mueca de fastidio y de indignación por parte de su alumna.

-Sensei, no somos monos cilindreros. Ademas, no es difícil trepar un árbol —bufó con soberbia la rubia, a lo que sus compañeros de una u otra forma estaban de acuerdo. Eso le sacó una pequeña risa misteriosa al ultimo de los maestros.

—¿Y que tal hacerlo sin las manos? —responde el espadachín pálido, dejando callada a la rubia y a los otros cuatro también.

En ese momento, el maestro Kaguya se dirigió hacía uno de los enormes árboles que tanto imperan en ese bosque, y tal como lo había planteado hacía los chicos -en especial a Mai-, escaló el colosal árbol sin usar sus manos, hasta llegar a una de las ramas más cercanas al suelo.

Entre más ascendía el adulto, igualmente la incredulidad crecía en los rostros de los cinco novatos. Mai ni siquiera se enojó, como era de esperarse, simplemente se quedó callada, aunque con la boca abierta.

—¿Tienes algo que decir, ricitos de oro? —Le pregunta con burla desde su rama el espadachín.

—Sin llorar, Mai —pensó Kenny, aunque el asombro no dejaba su mente.

Naruto - Ojos de HalcónМесто, где живут истории. Откройте их для себя