Capítulo 4

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Ethan la miraba expectante desde la mesa que frecuentemente ocupaba. Su mirada era curiosa y cautelosa. Como esperando que Josy enloqueciera y le abofeteara por haberse ido tan repentinamente.

Ganas no le faltaban a la castaña. Pero ella simplemente suspiró tratando de actuar lo más indiferente que fuera posible y se dio media vuelta dispuesta a ponerse el delantal y la gorra. Sentía los penetrantes ojos de Ethan clavados sobre ella, cosa que la hacía sentir infinitamente irritada y dolida al mismo tiempo.

—Hey —se acercó Jake susurrando en su oído—. ¿Ha regresado de su viaje?

Josy sintió su estómago revolverse al recordar la mentira que había estado saliendo de su boca los últimos meses. Se encogió de hombros comenzado a caminar, Jake pisándole los talones.

—Así parece. No tenía idea —Josy atrapó la mirada de recelo que Ethan le lanzaba al castaño. Quiso reir cuando se dio cuenta de que el muchacho parecía no recordar a Jake lo suficientemente bien. Aunque no lo culpaba; sólo se habían visto un par de veces, y en aquel entonces el rostro y cuerpo del chico eran más aniñados que en la actualidad. También era más bajito.

—Creo que no le agrado —musitó con el entrecejo ligeramente fruncido.

—Tampoco es que me importe demasiado —concluyó Josy encogiéndose de hombros—. A mí me agradas.

Josy sintió que la temperatura bajaba de golpe. Los ojos de Ethan se volvieron duros, serios.

—Iré a trabajar. Hablemos de todo en casa —susurró sintiendo un escalofrío ante la mirada asesina de Ethan.

¿Qué quieres? ¿Qué te ha hecho regresar después de tanto tiempo? —pensó Josy mirando directamente a los ojos de Ethan. Sabiendo que él podía oír todo lo que a ella le cruzaba por la mente.

Ethan la miró con algo de impresión por la dureza de sus palabras. Podía sentir toda la carga de sentimientos que aquella frase albergaba. Sintió un dolor en el pecho. Él mejor que nadie sabía cuánto había sufrido Josy por culpa suya. Cuantas noches lloró hasta quedar profundamente dormida. E incluso en sueños, rogaba su regreso, ahogada en un mar de lágrimas.

Sólo él sabía que aquella carga de rechazo que iba de la mano con la dureza de sus pensamientos, habían sido total y completamente inducidos por él mismo.

Suspiró y la miró a los ojos.

Quiero hablar contigo —le respondió. A Josy le dio un escalofrío. Ethan nunca había usado en ella la telepatía.

Aun así, trató de recomponerse y mantuvo su mirada firme.

No tengo nada que hablar contigo —desvió la mirada y le regaló una sonrisa cordial al cliente que había llegado.

Josy no sabía qué sentir en ese momento. Estaba completamente en shock delante de toda aquella situación. Ella había esperado incansablemente durante un año que Ethan se mostrara frente a ella. Que le permitiera decirle que no le importaba que no fuera humano. Por más absurdo que aquello sonara.

Lo había extrañado tanto, que tuvo que mudarse de residencia para que su otro apartamento no le recordara que alguna vez rieron juntos entre aquellas cuatro paredes.

Josy sufrió, lloró y le esperó hasta el cansancio.

Y se había rendido cuando sintió que él también lo había hecho.

Pero ahora había vuelto a aparecer.

No tienes derecho —continuó ella sin mirarle, dolida.

FLAMES [LIBRO II: THE DEVIL STILL LOVES] (EDITANDO)Onde histórias criam vida. Descubra agora