Capítulo 6

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Kyle se apoyó en el umbral de la puerta de la cocina, con una ceja enarcada.

—¿Qué le ha ocurrido a Josy? —le preguntó a Jake cuando había llegado.

—Ya te lo había dicho —respondió encogiéndose de hombros—. Ella no se sentía bien desde esta mañana. Anoche estuvo llorando y tuve que dormir con ella.

Kyle se atragantó con su propia saliva al oir la declaración del castaño.

—¿D-Dormir? —preguntó incrédulo.

Jake se mordió el labio conteniendo una carcajada. Era increíblemente divertido jugarle bromas a Kyle cuando éstas tenían que ver con Josy.

—Así es —continuó—. Estaba teniendo pesadillas y me quedé toda la noche cuidando de ella. En la mañana tuvo náuseas y estuvo bastante paliducha el resto del día.

Kyle se echó el cabello hacia atrás y miró a Jake con recelo.

—Deberías respetar su espacio —le dijo con displicencia—. Ella es una chica.

—Kyle —se rio con amargura—. No te burles de mí, por favor —soltó con él ceño fruncido—. Es estúpido que pienses que yo podría hacer algo. De quien debería cuidarse, es de ti.

Kyle chasqueó la lengua cayendo en cuenta. Todo el tiempo que Jake había trabajado para él, había sido suficiente para echar a la basura cualquier tipo de duda con respecto a su orientación sexual.

Sin embargo, aún no se acostumbraba a la idea de un chico viviendo con Josy. De paso, Jacob había sufrido un proceso de metamorfosis bastante notorio. Hasta el punto de hacerle dudar sobre sus propias cualidades y fortalezas físicas. En resumen: Jake era más guapo que él.

—Perdona —se sinceró el rubio algo avergonzado—. No estoy acostumbrado a esto.

—Ella te gusta aún, ¿no? —Jake dijo lo obvio. Pero de todos modos, Kyle se puso terriblemente tenso.

—¡Qué va! —se rio nervioso.

—Kyle —rodó los ojos.

Jefe —corrigió el rubio.

—No, no vengas ahora con eso —bufó el menor—. Hay tantas chicas por ahí que babean cuando te ven. ¿Cuál es tu motivo para estancarte con Josy?

Jacob lo miró curioso. Quería matar dos pájaros de un tiro. Tanto Josy como Kyle, se habían vuelto personas muy importantes para él. Josy terminó volviéndose su mejor amiga, además. Por lo que sabía a la perfección que ella, lejos de sentir atracción por Kyle, se sentía incómoda la mayoría de las veces.

También sabía perfectamente que Kyle estaba casi arrastrándose por la castaña. Y había negado miles de oportunidades con chicas hermosas —ninguna más hermosa que Josy, pero hermosas de todos modos—, cosa que al castaño le desesperaba de sobremanera.

Quería quitarle a Kyle de encima a su amiga. Y también que él se diera cuenta de que habían más chicas dispuestas a corresponderle.

Cuál, preguntas —suspiró. Para ese momento, ambos habían ido a la oficina de Kyle, para hablar más calmados sin todos los fisgones que trabajan con él—. No lo sé.

—¿Cómo es eso posible? —cuestionó Jacob.

—Ella me ha gustado desde la primera vez que la vi —confesó ladeando la cabeza, haciendo que un mechón rubio le cayera en la frente. Entrecerró los ojos y miró a Jake—. Hace tiempo de eso.

—¿Qué tanto?

—Año y medio. Aproximadamente —musitó. El castaño sintió un poco de lástima. Kyle había pasado tanto tiempo con un sentimiento que no era recíproco—. Sé que ella no siente lo mismo por mí, Jacob. Siempre lo he sabido.

—¿Entonces? —preguntó interesado.

—No lo sé. No puedo dejar de quererla —concluyó.

—Kyle...

—Es patético. Lo sé —se removió en su asiento—. Pero no puedo evitarlo. Han pasado tantas cosas durante todo este tiempo. No sabes cuán celoso estuve cuando su novio aparecía cada vez. Ni cuán agradecido estuve cuando se marchó.

Los labios de Jake se presionaron, formando una línea recta. Al parecer, Kyle no había visto a Ethan aquel día.

—No sé qué ocurrió entre ellos —prosigió—. Pero Ethan nunca fue de mi agrado.

—No tenía por qué —intervino el castaño cruzando las piernas. Kyle frunció el ceño.

—¿Uh?

—Kyle —comenzó—. Si Josy quería a Ethan. No... Si Josy quiere a Ethan —corrigió haciendo que al rubio se le descompusiera el rostro—, no puedes hacer nada al respecto. Es su decisión; su felicidad.

—Ya lo sé —murmuró entre dientes—. Pero, demonios...

—No hay pero —finalizó el menor—. No puedes decidir sobre el corazón de alguien. Tampoco puedes obligar a alguien a quererte —lo miró a los ojos—. Debes dejarla ir —Kyle tragó grueso ante el tono tajante de Jacob—. Déjala en paz, Kyle.

—¿Por qué tendría que hacerte caso? —soltó irritado—. No estoy a gusto con ello —discrepó.

—Sé que no —concedió el menor—. Pero es sólo un consejo de amigo —se encogió de hombros—. Quiero verlos felices a ambos. Y esperar a que Josy corresponda tus sentimientos por más tiempo, no va a hacerte feliz.

Jacob sintió pena ante lo crudas que habían sonado sus palabras. Pero lamentablemente no había otra manera de decirlas.

Kyle, por su parte, se sintió lastimado. Sintió su pecho apretado y dolorido. En el fondo sabía que las palabras del castaño eran completamente ciertas. Y aunque le doliera decirlo, ya lo sabía incluso antes de oírlo de la boca de Jake. Y él mismo se había propuesto mantener una relación netamente laboral con Josy Gallagher. Sin embargo, verle todos los días destruía por completo sus ganas de alejarse.

Cuando Ethan se había ido, Kyle sintió que tal vez, sólo tal vez, tendría una mínima oportunidad con la castaña. Pero no fue así.

—Maldición —susurró cerrando los ojos—. Sólo cállate.

—Me haces callar porque sabes que tengo la razón —dijo Jake con una ceja levantada.

—Lo sé, demonios —se quejó—. Por supuesto que lo sé. Pero no sabes cuán difícil es...

—Oh, claro que lo sé. ¿Crees que mi vida amorosa ha sido una de ensueño? También me he enamorado de alguien que no me ha correspondido. Es una mierda —concordó—. Pero por experiencia te pido que te des tiempo de olvidarte de ella. Sólo te hace daño a ti mismo. Y, quién sabe, tal vez después puedan estar en la misma habitación sin que ella se sienta incómoda por tus contantes miradillas —lo reprendió y el rubio bufó.

—Lo que pides es...

—Absolutamente posible —intervino—. Al menos inténtalo —finalizó poniéndose de pie—. Por tu bien, y por el de ella.

Bien —bufó.

Jacob sonrió satisfecho y salió de la oficina.

Así como planeó: dos pájaros de un tiro. Su amiga estaría cómoda y su amigo descansaría del rechazo.

Se sintió feliz.

FLAMES [LIBRO II: THE DEVIL STILL LOVES] (EDITANDO)Where stories live. Discover now