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- Félix, ¿qué somos? - la cuestión que tanto temía salió a la luz de su propia boca.

El chico cuyo nombre fue dicho y que se encontraba a su lado acariciado su cabellera castaña, le miró sonriente mientras negaba levemente.

- SeungMin, SeungMin, SeungMin... Somos novios, próximamente esposos. Sé que estas nervioso por la boda que es dentro de una semana, pero no te preocupes por eso y disfrutemos estos momentos; amo mimarte. - seguido de eso, empezó a llenar la carita de su prometido con millones de besos castos mientras este reía bajito hasta que llegó a sus labios.

Habían transcurrido dos años desde la confesión, y durante ellos, un hermoso noviazgo que el menor creía imposible. Junto con él, pasaron también por varios sucesos que le marcaron; tales como la denuncia sobre sus padres, cortar toda relación con ellos y mudarse con la familia del amor de su vida. Ahora mismo ambos vivían solos, porque compraron un apartamento para no estorbar y rehacer todo a partir de cero, más si ya los dos tenían un anillo significativo en sus dedos anulares en la mano derecha.

Sus bocas pegadas, moviéndose con lentitud y transmitiendo su amor mutuo, era una de las mejores sensaciones que podían experimentar mientras se sentían en el mismísimo cielo.

Unas pocas mordidas sin fuerza sobre el labio inferior ajeno, deshizo al completo el beso para después separarse y que las respiraciones se mezclaran algo agitadas.

A la vez, mostraron una gran sonrisa con dentadura brillante al instante de verse.

- Te amo, bebé.

- Yo también te amo, cariño.

Gracias a los mensajes de madrugada como desconocido que le mandaba a Félix, SeungMin no hubiera podido salir adelante por cuenta propia.

Fin.

















































Tranquilos, fieras; todavía falta el prólogo. ;)

Mensajes de madrugada °SeungLix• Where stories live. Discover now